Libros de ayer y hoy
Constitución. Ante avatares externos, que brille la ley
Artículo Tercero en el mes del laicismo. El segundo mes del año tiene muchas sorpresas para un ciudadano que tomó el primer mes para reconfortarse de las correrías de diciembre. Pero que ha tenido la ingrata presencia de Donald Trump ¿Cual será la realidad de sus amenazas en un mundo que nos vislumbra el fascismo y en un descuido, nos puede llevar a la catástrofe? Los argentinos, con una gran protesta, ya dieron la advertencia el día primero, de que hay que estar preparados y reaccionar. Hay en este transcurrir de febrero, dos fechas patrióticas, el cinco, día de la promulgación de la Constitución de 1917 y el 24, día de la Bandera. En el segundo día del inicio, una fiesta para el placer de comer con el día del tamal y el 14, una fecha que al parecer está más dedicada a la comercialización de los sentimientos, en el que se llama Día del amor y de la amistad. La fecha que fijó el constituyente de 1917 para lanzar a su nueva carta magna con cierto paralelismo a la de 1857, selló el mes por su importancia, pero definió un concepto que mencionamos a menudo y que en la práctica no se cumple: el laicismo. El propio estado parte del calendario religioso, como es el caso de las vacaciones de diciembre y las de la llamada Semana Santa.
UN ROTUNDO MENTÍS AL ARTÍCULO TERCERO. EL LAICISMO SALE SOBRANDO
En este momento, cuando la agresión vecina nos conmociona, es importante no olvidar nuestros principios, porque extractos de un caso pueden mezclar al segundo. Se llama a la unidad, pero la derecha está presente. Ya hemos mencionado lo siguiente: el sustratum principal de la separación iglesia-estado, es una entelequia cuando en la práctica existe una iglesia de estado y el propio gobierno la promueve, dándole participación en asuntos de importancia. En el numeral primero de ese importante artículo (tiene ocho), se determina la educación laica y la Constitución ordena al estado mantenerla por completo “ajena a cualquier doctrina religiosa”. La libertad de creencias y su natural aplicación, que ese artículo remite al artículo 24 de la propia carta, no encuentra asidero en la práctica. El artículo tercero es un compendio de maravillas y si realmente se aplicara, el país no necesitaría mucho. Por lo pronto habla y define a la democracia, “como un sistema de vida fundado en el constante mejoramiento económico, social y cultural del pueblo”, lo que se busca que pase en México. Aún en negros avatares.
MIENTRAS VIGILAMOS EL ENTORNO PRESENTE, NO HAY QUE OLVIDAR LA CARTA
Por lo anterior, hay que recalcar lo nuestro, la Carta Magna a los 108 años de su promulgación el 5 de febrero, en ese artículo crucial. El artículo tercero ha sido reformado y adecuado a las circunstancias según la época y el gobierno. En su momento, la obligación estatal a la educación se redujo a la preescolar, primaria y secundaria y se eliminó la normal. Habla de que toda la educación que imparta el estado debe ser gratuita, pero la interpretación es por las tres mencionadas, aunque en la práctica todas las públicas están subvencionadas. Se supone que las universidades públicas si bien son autónomas, no lo son en presupuesto, por lo tanto también están incluidas en la gratuidad. Se eliminó también uno de los numerales del artículo en el que se fijaban serias restricciones en materia educativa a las corporaciones religiosas y a los ministros de culto, entre otros. Pero sigue vigente la obligación de los gobiernos de luchar contra los fanatismos y eso no es lo que estamos viendo ahora, con una iglesia que se va acomodando y apoya a la derecha. La ley, en el actual contexto, no puede esperar.