Líneas Quadratín
¡REGALO DE TRUMP
A “LA PRESIDENTA”!
Si se analiza con sensatez, con seriedad, con cabeza fría, sin fanatismo y, sobre
todo, con sentido político, sin duda que en Palacio podrían llegar a la conclusión
de que el mensaje de Donald Trump resulta, en los hechos, un regalo impensable
para la presidenta Claudia Sheinbaum.
En efecto, si por un momento la “presidenta” y su claque pudieran alejarse del
fanatismo “lopista”, si quisieran sacudirse la tutela de Palenque y si por un
momento se atrevieran a ver con claridad los beneficios de la relación del nuevo
gobierno norteamericano con México, sin duda que sacarían una inmejorable raja
políticas a favor del Estado todo y, por tanto, de los mexicanos.
Es decir que, si por un momento en Palacio se atrevieran a pensar y actuar en
favor de beneficios de las mayorías, en general, la llegada de Trump se pudiera
convertir en el mejor regalo para la mandataria mexicana.
El problema, sin embargo, es que la “señora presidenta” parece atrapada por las
“herencias malditas” de su mentor y aún jefe, quien no sólo sigue siendo el
verdadero “mandamás detrás del trono”, sino que, en los hechos, López Obrador
resulta el verdadero responsable de la debacle que ya es visible en el gobierno de
Claudia.
En pocas palabras, la “herencia maldita” que dejó Obrador a la señora Claudia, no
sólo la tiene atrapada en el pasado, sino que es el mayor lastre para la primera
mujer que llega al poder presidencial en México.
Y, frente a esa realidad, las preguntas obligadas.
¿Estará dispuesta la “presidenta” a pasar a la historia por sus acciones propias o,
por el contrario, seguirá atrapada por la maraña de trapacerías que le dejó López
Obrador?
¿Y, por qué el mensaje de Trump se puede convertir en un regalo impensable para
la presidenta mexicana?
1.- Porque Claudia Sheinbaum tiene una oportunidad de oro para sacudirse la
perversa alianza que le impuso AMLO a su gobierno, con los cárteles del crimen
organizado.
2.- Porque la colaboración entre los gobiernos de México y EEUU puede ser
histórica para poner fin al crimen organizado, una de las mayores amenazas para
la relación bilateral y para el mundo.
3.- Vale recordar que la primera obligación de la presidenta mexicana es la
defensa de la soberanía y la independencia, que se han perdido no por la llegada
de un gobierno como el de Trump, sino que López Obrador entregó esa
independencia y soberanía a las bandas criminales que hoy está dispuesto a
perseguir el nuevo presidente norteamericano.
4.- En efecto, si la señora Claudia tiene el valor de colaborar con el gobierno de
EEUU para capturar a todos los jefes del crimen organizado, no sólo pasará a la
historia como una mujer de Estado, sino como la primera presidenta que se
preocupó, en los hechos, por acabar con la violencia y por garantizar la seguridad
de los ciudadanos.
5.- La “señora presidenta” también tiene en sus manos la posibilidad de
desmantelar la red de “narco-gobernadores”, como los de Sinaloa, San Luis
Potosí, Guerrero, Michoacán, Puebla, Tamaulipas y Quintana Roo, entre otros.
6.- De lo contrario, si continúa en la defensa a ultranza de la alianza con las mafias
criminales, esas mafias terminarán por devorar a su gobierno y por llevar a México
y a los mexicanos a uno de las peores etapas de la historia.
7.- Peor aún, si “la señora presidenta” mantiene la impunidad de los cárteles
mexicanos del crimen, tarde o temprano la propia señora Claudia, igual que López
Obrador, terminarán en la mira del gobierno norteamericano que los podría llevar
presos en cualquier momento.
8.- Además, porque el endurecimiento del discurso “trompista”, es una oportunidad
irrepetible para que “la presidenta” se sacuda del gabinete a ese hato de
incompetentes, sátrapas y estultos que le impuso López Obrador y que hasta el 21
de enero pasado no atinaban a diseñar una estrategia preventiva frente a lo que
venía con el nuevo gobierno norteamericano.
9.- Porque, de igual manera, “la presidenta” mexicana tiene en sus manos la
posibilidad de revertir la destrucción democrática iniciada por López Obrador, lo
que colocaría a su gobierno en inmejorables condiciones para negociar y exigir
respeto al TMEC, frente a un presidente mentiroso, provocador y arrogante, como
Donald Trump.
10.- Y, en sentido contrario, si la “señora presidenta” desdeña “el regalo” del nuevo
mandatario norteamericano, entonces podremos estar seguros de que en Palacio
sólo despacha una encargada que, en la práctica, no toma decisiones.
Al tiempo.