Amenaza Trump soberanía de Panamá, México, Canadá y Groenlandia
QUERÉTARO, Qro., 25 de diciembre de 2024.- El 27 de marzo de 2022, tras una jornada con más de 60 homicidios, el presidente Nayib Bukele decretó el Estado de Excepción en El Salvador, permitiendo un mayor despliegue policial y militar en las zonas más conflictivas y la detención de personas sospechosas de pertenecer a las maras. Este régimen restringe derechos y garantías individuales, como la libre reunión y la inviolabilidad de las comunicaciones, y permite detenciones sin orden judicial.
Desde entonces, el país ha pasado de ser uno de los más inseguros del mundo a estar entre los más seguros, según el Informe de Seguridad Global de la consultora Gallup. El 100% de los habitantes entrevistados expresaron sentirse seguros caminando solos por la noche, superando a países como Suiza, Islandia o Luxemburgo.
Los ciudadanos salvadoreños han mostrado su apoyo a las medidas implementadas por Bukele, agradeciendo la «libertad» que sienten haber recuperado. Las calles y barrios están militarizados, con patrullajes conjuntos del Ejército, la Marina y la policía las 24 horas del día. Los vecinos saludan a las fuerzas de seguridad y expresan su deseo de que continúen con su labor.
Sin embargo, organismos de derechos humanos han acusado al gobierno de Bukele de violar convenciones internacionales debido a las restricciones impuestas y las detenciones realizadas bajo el Estado de Excepción.
En este contexto, se destaca el Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT), una cárcel de máxima seguridad con capacidad para 40,000 internos, donde se encuentran detenidos miembros de las maras y pandillas que anteriormente sembraban el terror en el país.
Uno de los internos, Alex Alfredo Abrego Abrego, de 48 años, cumple una condena de más de 1,500 años por su participación en alrededor de 500 asesinatos, secuestros y extorsiones. Su caso ejemplifica la severidad del sistema de justicia implementado en los últimos mil días bajo el mandato de Bukele.
A pesar de las críticas internacionales, el presidente Bukele ha mantenido su postura firme contra las maras, ganando una reelección con el 84.65% de los votos válidos. Los salvadoreños lo veneran por haber combatido a las pandillas que anteriormente dominaban sus vidas, agradeciendo la libertad y seguridad que perciben en la actualidad.
El «método Bukele» ha transformado la realidad de El Salvador, generando tanto elogios por la reducción de la violencia como críticas por las posibles violaciones a los derechos humanos en la implementación de sus políticas de seguridad.