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QUERÉTARO, Qro., 29 de octubre de 2024.- En una reciente expedición, el equipo de investigadores del Jardín Botánico de Puerto Vallarta descubrió los restos de una tragedia aérea que durante mucho tiempo había sido olvidada en la memoria colectiva de la región.
En las remotas serranías costeras de Cabo Corrientes, ocultos por la densa vegetación, encontraron fragmentos del fuselaje y las turbinas de un avión McDonnell Douglas DC-9-15 de Aeroméxico que se estrelló hace más de cinco décadas.
El 20 de junio de 1973, el vuelo 229 de Aeroméxico, que cubría la ruta desde Houston hasta Puerto Vallarta, se accidentó en una zona montañosa cercana a la ciudad, cobrándose la vida de las 27 personas a bordo.
Este trágico suceso dejó una profunda marca en la comunidad local, pero con el tiempo, la naturaleza y el olvido cubrieron los vestigios de la tragedia.
El Dr. Cristóbal Sánchez, investigador del Jardín Botánico, explicó que el hallazgo ocurrió de manera fortuita mientras realizaban una exploración en la zona. “Estos vestigios nos recuerdan un evento que conmocionó a la región”, expresó el Dr. Sánchez en la página oficial de la institución. “Aunque el tiempo y la naturaleza han cubierto estos restos, su historia sigue viva en la memoria de quienes conocieron la tragedia”.
La expedición y el hallazgo subrayan la importancia de recordar y honrar a quienes perdieron la vida en aquel vuelo.
Asimismo, el descubrimiento representa una conexión con el pasado que resalta la belleza y el misterio de la naturaleza en las serranías costeras de Cabo Corrientes.