El presupuesto es un laberinto
El debate relativo a la sobrerrepresentación se perfila ser un capítulo más de una tragedia anunciada y que habrá de concluir con la debacle del régimen democrático. El inicio y parte determinante fueron las campañas y la elección. Pocos pudieron advertir la magnitud del triunfo obradorista no solo en la campaña presidencial, sino en la de legisladores. La oposición dio por válidos dos supuestos que probaron ser falsos: la competitividad de la candidata presidencial y la magnitud de la indignación ciudadana con el régimen.
Los resultados no son producto de un proceso electoral regular. La ilegal interferencia del presidente López Obrador y el uso de los recursos del Estado para favorecer al oficialismo fueron factor. Es evidente que el INE y el Tribunal no pudieron y no quisieron contener la incursión ilegal del presidente. En retrospectiva queda por cuestionarse si la oposición debió plantear una estrategia diferente denunciando la inequidad sustantiva o condicionando su participación. La infundada confianza sobre sí mismos y el temor de ahuyentar al votante les hizo actuar bajo la falsa tesis de que se trataba de una elección normal.
La opinión completa: Quadratín Yucatán