Libros de ayer y hoy
Durante tres días el estado de Guanajuato se convirtió en el epicentro de la construcción de mensajes de paz para México, Iberoamérica y el mundo.
Por segundo año consecutivo la cuna de la Independencia de México fue el punto de reunión de voces globales, con calidad moral para hablar de lo que no está funcionando en el mundo y de lo que, consideran, debe ser alguna ruta para construir sociedades en paz.
Makaziwe Mandela, Defensora internacional de Derechos Humanos y de la Justicia social, fue clara al señalar que: “Los periodistas son los que les dan oxígeno a los pulmones de la sociedad civilizada. Son los que permiten el flujo libre de la información verificable”. Dijo que los periodistas son responsables de denunciar lo que se dice contra el espíritu humano y de combatir la censura.
Un año antes, Shirin Ebadi, la primera mujer musulmana en ganar el Premio Nobel de la Paz (2003), expresaba en el mismo Encuentro: “Siempre se podrá alcanzar la paz que se necesita en el mundo, pero son procesos muy largos y es una actividad de todos”. En el mismo foro -en 2023- el expresidente de Colombia, Andrés Pastrana habló sobre las negociaciones de paz entre el Estado colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC-EP), que llevaron años.
Esta ocasión, Rigoberta Menchú, Premio Nobel de la Paz 1992, durante su Conferencia Magistral, refirió que, para alcanzar la conciliación de la sociedad, se tiene que ir más allá de las palabras, de los discursos o de la firma de convenios incumplidos: “Se tiene que buscar la acción y es responsabilidad de todos”.
Desde cualquier ángulo, como sociedad y como periodistas nos enriquece escuchar de viva voz, a quienes han padecido, pero también han sido factor de cambio para solucionar problemas focalizados en el mundo, como el Apartheid, el sistema de segregación racial en Sudáfrica (1948-1992), la lucha por los derechos de las mujeres en países musulmanes, los conflictos armados del siglo pasado y de este siglo, contadas por corresponsales de guerra que las sufrieron y las documentaron, o el reconocimiento de los pueblos indígenas, lucha de Rigoberta Menchú durante más de treinta años.
Además de foros de periodismo con profesionales que han dedicado su vida al oficio más bonito del mundo, diría García Márquez, pero siembre desde una mirada crítica y objetiva de la brutal realidad que vivimos en países como México.
Esa es la esencia del Encuentro Iberoamericano de Voces por la Paz y del Encuentro Iberoamericano de Periodismo por la Paz: Líderes globales y periodistas del mundo unidos por un fin común, construir territorios de paz en cualquier forma imaginable.
Platicando con Rigoberta Menchú, durante uno de los traslados, refería que foros como el Encuentro Iberoamericano de Voces por la Paz, son necesarios para provocar que coincidamos quienes creemos en trabajar por esta noble causa, esperando que se sumen quienes no coinciden.
El resultado del Pabellón Iberoamericano de Medios merece una columna aparte, pero gracias a los medios locales, regionales y nacionales, así como a los aliados internacionales como la Asociación Latinoamericana de Comunicación Audiovisual Parlamentaria.
Los alcances y la trascendencia local, nacional e internacional que han generado los temas abordados durante la primera y segunda edición del Encuentro, reafirman nuestra convicción de que ser agente de paz es una decisión individual, pero que puede generar acciones colectivas que transforman al mundo.