Indicador Político
Con Xóchitl, EU se mete en
el proceso electoral 2024
Sin tener en el sexenio lopezobradorista ninguna posibilidad de incorporar a
México a la lógica de los intereses de seguridad nacional de Estados Unidos, la Casa Blanca
encontró en la candidatura de Xóchitl Gálvez Ruiz-PRI-PAN-PRD la posibilidad de influir en
el electorado mexicano para regresar a la subordinación de Palacio Nacional a la defensa
de los intereses nacionales estadounidenses.
Apenas en febrero de este año, la candidata opositora Gálvez Ruiz realizó una gira
oficial a los centros de poder político, estratégico y legislativo de la Comunidad de
Inteligencia, la política exterior y el Departamento de Estado como el Departamento de
Colonias de Washington y allí dejó entrever que su candidatura y victoria electoral
significaría el regreso de México a la subordinación de la geopolítica y seguridad nacional
de EU basada en la defensa de la american way of life o modo de vida americano que han
planteado todos los gobiernos estadounidenses en sus planes de seguridad nacional.
Durante el gobierno el presidente López Obrador, Estados Unidos hizo hasta lo
imposible para subordinar a México a los planes estratégicos de Washington, pero se
encontró con un modelo diplomático mexicano que en circunstancias anteriores el
historiador Lorenzo Meyer calificó de nacionalismo defensivo y que no es otro que utilizar
el método de definición de estrategias de la Casa Blanca pero para definir y defender los
“intereses nacionales mexicanos” por encima de los estadounidenses.
El gobierno el presidente Biden se ha encontrado que México, mal que bien,
extiende los intereses de política interior como instrumentos de prioridad en política
exterior: el apoyo al expresidente Donald Trump, la negativa hacer el patio trasero de la
migración americana, impedir la militarización estadounidense de la estrategia junto el
narcotráfico, denunciar de manera consistente que el tráfico de drogas de México a EU es
producto de la satisfacción de la demanda de los millones de adictos estadounidenses que
requieren la droga para vivir, el bloqueo a los intentos de Biden de regresar al modelo
latinoamericano manejado desde el Departamento de Estado y obligar a la DEA a
someterse al control de reglas estrictas de la Secretaría mexicana de Relaciones
Exteriores, movilizar al embajador de México en la ONU a votar a favor del
reconocimiento del Estado Palestino justo en momentos en que la Casa Blanca apoya-
financia-arma a Israel en las brutal represión en la franja de Gaza, entre otras temas de la
agenda bilateral que han enfurecido al presidente estadounidense y a sus principales
asesores.
En este contexto, el reporte del Departamento de Estado sobre derechos humanos
pone el dedo en México, pero sin reconocer que ya no existe la vieja estrategia de
represión contrainsurgente de los gobiernos del PRI contra la disidencia y la guerrilla y
que obedecían a la lógica y entrenamiento de Estados Unidos. No ha sido un secreto que
los años de represión brutal de la Dirección Federal de Seguridad fueron durante el
priismo y se dieron por la subordinación de la policía política mexicana a la CIA, sobre
todo de dos de sus principales directores: Fernando Gutiérrez barrios y Miguel Nazar Haro,
y que en la actualidad las oficinas mexicanas de inteligencia no obedecen a los intereses
todavía contrainsurgentes de la comunidad de espionaje de EU.
Y es hasta el lugar común señalar que Estados Unidos ve la paja de violación de
derechos humanos en el ojo ajeno, sin reconocer la viga en el propio: el racismo contra las
comunidades mexicana, afroamericana y asiática y sus descendientes actuales, la
represión ahora mismo contra estudiantes que protestan contra la política de Biden hacia
Israel en Gaza e Irán, la brutalidad policiaca que ha asesinado a decenas de inocentes y
muchas otras expresiones que no respetan los derechos humanos de los estadounidenses.
El informe del Departamento de Estado sería el punto central de intervencionismo
de Estados Unidos en el proceso electoral mexicano, toda vez que tuvo un elemento
importante en la visita que realizó en febrero la candidata opositora Xóchitl Gálvez Ruiz en
franca violación de los criterios del nacionalismo político que debieron de ser
considerados en tanto que le abrieron la puerta mexicana a la comunidad americana de
inteligencia y seguridad nacional.
El bloque opositor Xóchitl-PRI-PAN viene de organizaciones políticas que se
subordinaron a los intereses hegemónicos de Estados Unidos y que están buscando el
regreso de México al paraguas de seguridad nacional de Washington, sin importar que el
enfoque de intereses de EU aquí implica una cesión de soberanía nacional.
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Política para dummies: la política es, en esencia, nacional.
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