La IA, aliada en la redacción de Quadratín
QUERÉTARO, Qro., 30 de marzo de 2024.- En diversas partes del mundo, especialmente en países de tradición católica, la quema de Judas es una práctica arraigada que marca el final de la Semana Santa, específicamente el Sábado de Gloria.
Esta ceremonia, cargada de simbolismo, representa la derrota del mal y la renovación espiritual. En esta festividad, se elaboran muñecos de paja o cartón representando a Judas Iscariote, el discípulo que traicionó a Jesús, y se llenan con material inflamable.
Estos muñecos suelen estar adornados con ropas viejas y máscaras, representando la figura de Judas. Luego, son colgados en lugares públicos o en frentes de las casas, donde permanecen durante varios días como recordatorio del acto de traición.
El Sábado de Gloria, la comunidad se reúne alrededor de estos muñecos para presenciar su quema. El fuego consume rápidamente el muñeco de Judas, simbolizando la destrucción del mal y la purificación espiritual.
Algunas personas aprovechan este momento para hacer leves críticas políticas o sociales al nombrar al muñeco con el nombre de alguna figura pública controvertida del momento. Además del aspecto religioso, la quema de Judas también se considera una forma de integración social y comunitaria, donde vecinos y familiares se reúnen para participar en esta antigua tradición.
En algunos lugares, esta celebración se acompaña de música, danzas y festividades adicionales.
A pesar de sus orígenes religiosos, la quema de Judas ha trascendido fronteras y se ha convertido en una festividad culturalmente significativa para muchas comunidades alrededor del mundo.
Es una muestra de cómo las tradiciones ancestrales continúan vigentes y se adaptan a los tiempos modernos, manteniendo viva la esencia de la celebración.