Libros de ayer y hoy
La masacre ocurrida el fin de semana pasado en Salvatierra, Guanajuato, ha sido objeto de una condena mediática muy severa. Con un evento tan condenable como la masacre de Salvatierra cierra el año que puede ser el más violento del sexenio. En este espacio hemos revisado, y publicado en AEInoticias.com, los puntuales reportes de un profesional de la estadística como Caerlos Penna, director de TResearch
International titulado “La Guerra en Cifras”. Resumen de Carlos Penna en TReserach: “Ejecutivo en áreas afines al sector público y negocios incluyendo la dirección general y de comunicación de organizaciones privadas y públicas. Estudio Mercadotecnia especializándose en comunicación política por el ITAM y negocios por el Tec de Monterrey. Actualmente dirige TResearch INTERNATIONAL con el
objetivo principal de explorar nuevas maneras de hacer estudios de opinión en la red. Previo a TResearch tuvo la responsabilidad de ser el Coordinador de comunicación del Gobierno de Aguascalientes y de dirigir el sistema de Televisión y Radio del estado del 2010-2016.
Anterior al sector público sirvió de 1999 a 2010 en papeles clave en CONSULTA MITOFSKY, empresa líder en el mercado de opinión pública en México llegando a ser director general en Centroamérica.
En 2020 obtuvo el premio ALACOP al mejor trabajo de investigación por la elección presidencial en El Salvador. Actualmente es editorialista dos veces por semana del noticiero con Joaquín López Dóriga y de El Heraldo TV.” Pues TResearch nos ha situado en una situación informativa de verdad preocupante. Hoy sabemos que la Guerra en Números perfila dolorosamente un México cada vez más sangriento. López Obrador y todas las corporaciones sobre las que constitucionalmente tiene mando, al responder a la pregunta: ¿qué ocurre con la violencia en México? Ahora han encontrado una respuesta rápida y fácil: es culpa de los jóvenes que se meten en las drogas. Los medios de comunicación han sido acosados por el presidente de la república en sus famosas conferencias mañaneras, sin tener ni pruebas ni constancias de sus acusaciones y señalamientos. Los comunicadores han sido víctimas de atentados (Ciro Gómez Leyva como ejemplo paradigmático) o desgraciadamente otros han perdido la vida a manos de sicarios que, en ocasiones, son relativamente fáciles de identificar e identificar a sus jefes. En Salvatierra murieron hace unos días en una posada dos jóvenes que tenían entre 18 y 30 años de edad. Y como lo ocurrido con los estudiantes de medicina asesinados en los suburbios de Celaya, la explicación oficial sigue siendo asombrosa y omisa. El pasado fin de semana fue uno de los más sangrientos del año. Y el año está a punto de terminar con la poco honrosa circunstancia de haber sido el más apocalíptico del sexenio. ¿Qué le espera a México el próximo año, periodo en el que estarán de por medio las mayores elecciones de la historia? Es una pregunta obligada, pero lamentablemente, sin
respuesta.
EN TIEMPO REAL.
1.- Existe mucho disgusto entre los jóvenes cuadros del PAN al ver cómo fueron marginados por sus dirigentes y caciques de las listas plurinominales que presentaron. Se habla de que la circunstancia legal que vive Ricardo Anaya lo puede sacar de esa lista de privilegio. Pero el remedio parece ser peor que la enfermedad, lo sustituiría otro delincuente como Francisco García Cabeza de Vaca.
2.- Sigue creciendo la lista de responsables en el fraude maestro cometido en SEGALMEX. Por lo pronto hay implicaciones de algunos despachos de abogados que pudieran tener contacto con el anterior asesor jurídico de la presidencia, Julio Scherer.
3.- En San Luis Potosí hay inquietud por la liberación del agresor de jóvenes. Fernando “N» alias “El Tiburón», detenido por su brutal ataque a un joven en un establecimiento de Subway en San Luis Potosí, recuperó su libertad luego de llegar a un acuerdo con un juez. Los potosinos esperan que el alcalde de la capital, Enrique Galindo, calificado como uno de los mejores presidentes municipales de México, ponga atención por lo que pudiera ocurrir a los habitantes de su municipio con el abusivo “Tiburón” suelto.