La suerte de Cuitláhuac, el indeseable
El estado de Guerrero, el segundo más pobre del país, vive hoy una doble tragedia.
La tragedia producto de un poderoso huracán que pegó en sus costas en las últimas horas y que provocó incuantificables daños materiales.
Y la tragedia de uno de los peores gobiernos de su historia; gestión de incompetentes, ineficientes, incapaces y caprichosos que han convertido a Guerrero no sólo en un grosero feudo familiar, sino en un baño de sangre.
Y la conclusión de esa doble tragedia es que, en Guerrero, resulta más peligroso para la vida humana un mal gobierno de Morena, que un huracán de categoría cinco, como Otis.
Sí, en medio de esa paradoja impensable, hoy sabemos cual de esas dos tragedias que viven el estado de Guerrero y los guerrerenses resulta más letal para la vida humana.
Hoy conocer no sólo el costo material, sino en vidas humanas, de uno de los más potentes huracanes, como Otis, que pegó en Guerrero con su descomunal categoría cinco.
Pero también podemos comparar la letalidad para la vida humana de una tragedia política, económica y social de los gobiernos de Morena.
Y es que, a la segunda entidad más pobre de México, a Guerrero, “le llueva sobre mojado” o si se quiere, “cuando no le llueve, le llovizna”.
Pero vamos por partes.
Como saben, desde la noche del martes 24 de octubre del 2023, era tendencia en redes sociales el inevitable choque del huracán Otis en las costas de Guerrero, sobre todo en las regiones más deprimidas de la entidad y en la zona hotelera de Acapulco.
Sin embargo, y a pesar de las advertencias meteorológicas, el gobierno federal y el propio presidente Obrador poco hicieron para alertar a la población civil y, sobre todo, en prevención de la potencial pérdida de vidas humanas, ya que se sabía del poder incontenible del meteoro.
Así, con una irresponsabilidad imperdonable, ni el gobierno federal y tampoco el gobierno estatal –de Morena–, y menos los municipales, fueron capaces de emitir las alertas oficiales de manera correcta, ya que difundieron de forma equivocada la hora calculada del golpe del huracán en la costa y la potencia del meteoro.
Sin embargo y a pesar de que todo Guerrero quedó incomunicado, a través de redes sociales, en las primeras horas del miércoles 25 de octubre del 2023, ya se conocían los primeros reportes de la magnitud de los daños ocasionados por el meteoro, que alcanzó una categoría de cinco grados.
Pero a las siente de la mañana, en “la mañanera” presidencial, nadie del gobierno federal sabía nada; sólo se especulaba sobre los daños y el mismísimo presidente carecía de información. Es decir, la incompetencia total.
Incompetencia que se confirmó cuando por la tarde, AMLO salió de su Palacio rumbo a Guerrero, pero debió detenerse cuando en la carretera México Acapulco le informaron que era imposible el paso.
De manera paralela apareció la sociedad civil, siempre atenta y precisa de lo urgente e indispensable. Y mientras que muchos recordaron la forma criminal en que el gobierno de AMLO se robó el Fondo Nacional para Desastres Naturales (Fonden), otros habilitaron albergues y centros de acopio para los damnificados, a riesgo de que los pillos de Morena también se robaran los víveres recolectados, como ya lo han hecho.
Hasta la tarde de ayer –a las 18.00 horas que fue cerrado el presente texto–, no se había reportado la pérdida de vidas humanas, a pesar de la potente embestida del fenómeno natural, de nombre Otis.
Sin embargo, en la memoria colectiva sigue presente, más que nunca, la violencia criminal que se vive en todo Guerrero, a causa del gobierno fallido de la familia Salgado Macedonio, mafia criminal que ha convertido la entidad en un feudo familiar, en un negocio criminal y en el saqueo del dinero público.
Por eso, no pocos mexicanos recordaron la reciente masacre ocurrida en Guerrero, el mismo martes 24 de octubre del 2023, cuando aparecieron sin vida los cuerpos de 13 policías municipales, de Coyuca de Benites, a quienes asesinaron integrantes de un grupo criminal.
Resulta que la tarde del lunes 23, se reportó un enfrentamiento en la comunidad de El Papayo, entre policías municipales de Coyuca de Benites y una banda criminal que opera en Guerrero, en complicidad con el gobierno estatal de Evelyn Salgado, hija del “narco-senador” Félix Salgado Macedonio.
Al día siguiente, a un costado de la carretera Acapulco-Zihuatanejo fueron encontrados los cuerpos sin vida de 13 policías municipales de Coyuca de Benites, quienes fueron secuestrados, torturados y ejecutados con el tiro de gracia. La masacre, que escandalizó al mundo, fue banalizada por el presidente mexicano, quien siguió en su delirante pelea con el Poder Judicial.
Al final de cuentas los mexicanos confirmaron que es más letal para la vida humana un mal gobierno de Morena, como el de Guerrero, que un huracán, como Otis.
Así o más claro. Al tiempo.