Un vecino distante, desconfiado y colérico nos vigila
Marcelo Ebrard, apoyado fuertemente por su esposa, Rosalinda Bueso, han lanzado la propuesta del Pasaporte Violeta para ayudar de manera integral a las mujeres que se ven amenazadas por todo tipo de eventos peligrosos en nuestros días.
La propuesta del pasaporte Violeta es, sin duda, una muestra de la sensibilidad de Marcelo en relación a los problemas más sentidos por nuestra sociedad. Y lo hace como parte de su proyecto para que los mexicanos lo conozcan como un político que está en la búsqueda de la presidencia que tiene muy claras las prioridades sociales que un mandatario debe atender.
No es una bandera de campaña. Es una respuesta al clamor de la sociedad porque terminen ya las agresiones a la mujer, agresiones de todo tipo, y prioritariamente los feminicidios.
El aspirante a la candidatura presidencial de Morena lo define de la siguiente forma:
“Le llamo Pasaporte Violeta porque queremos ir a otro mundo. Queremos ir a un mundo de nuevas posibilidades para las mujeres”.
Lo detalló consignando que el programa consiste de cuatro ejes:
“Que el ser mujer no sea una condición de desventaja para alcanzar tus sueños. (…) Vamos a alcanzar [con] este pasaporte, un mundo de nuevas posibilidades. Ese mundo que las mujeres de México quieren”.
Esa visión social de Marcelo es una muestra de una genuina preocupación por el futuro de las mujeres. El Pasaporte Violeta es una propuesta que debe quedarse en las políticas públicas de atención a la violencia de género.
No es una promoción sensiblera de Marcelo y Rosalinda.
Es una aproximación a una realidad que lacera casi cotidianamente a nuestra sociedad.
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