Un vecino distante, desconfiado y colérico nos vigila
Por su reconocida calidad, las exportaciones mexicanas suelen ser bien aceptadas en muchos países del mundo.
México exporta desde automóviles, pasando por hortalizas y frutas, como limones y aguacates, entre muchos otros productos que dan trabajo a millones de personas.
Sin embargo, existen exportaciones mexicanas que, por su potencial riesgo –un peligro mortal–, muestran a México como una potencial amenaza a la estabilidad del mundo, sobre todo en el gobierno de López Obrador.
Sí, hablamos de la exportación mexicana de drogas, violencia y crimen que, apenas el pasado miércoles, costó la vida al candidato presidencial ecuatoriano, Fernando Villavicencio, quien fue acribillado al final de un mitin.
El magnicidio –que por sus características recuerda los crímenes de John F. Kennedy y de Luis Donaldo Colosio–, se produjo luego que Fernando Villavicencio denunció, en repetidas ocasiones, haber sido amenazado por el cártel mexicano “de Sinaloa”.
Grupo criminal que, junto con el Cártel de Jalisco, señaló el malogrado aspirante presidencial, como responsables de la violencia que vive Ecuador.
Lo cierto es que no es novedad que México es un potente exportador de drogas y violencia al mundo. Por ejemplo, a lo largo de todo el 2023 Anne Milgram, directora de la DEA, lo dijo en todos los tonos y de todas las formas.
Dijo que los cárteles mexicanos de Sinaloa y Jalisco, eran dos de las bandas criminales más poderosas y sanguinarias del mundo.
También dijo que, por esa razón, “Los Chapitos” son buscados en México y el mundo por las agencias norteamericanas contra el crimen.
Aún así, el presidente mexicano, López Obrador, no sólo negó la versión de la DEA, sino que se atrevió a pedir pruebas, como si no fuera suficiente con la violencia criminal que de manera cotidiana han impuesto en México esos poderosos grupos criminales.
Pero la terca realidad pronto le cerró la boca al mandatario mexicano y le dio la razón a la DEA; realidad que hoy tiene de luto al pueblo ecuatoriano.
Pero vamos por partes.
Durante todo el 2023, la directora de la DEA, ofreció testimonios sobre el poder económico y de fuego de las bandas criminales mexicanas, en especial de Sinaloa y Jalisco, que según la agencia norteamericana tienen un ejército de casi 45 mil efectivos y presencia en cien países del mundo.
Así lo dijo Anne Milgram: “Los Chapitos son más ricos, poderosos y sanguinarios que su padre; tomaron el control y el cártel nunca ha sido más poderoso, nunca ha hecho más dinero.
“En México hay dos cárteles, el de Sinaloa y el de Jalisco, que son responsables de prácticamente todo el fentanilo y las metanfetaminas que se consumen en Estados Unidos […] el grupo criminal de Sinaloa tiene presencia en 29 de las 32 entidades federativas, con más de 26 mil integrantes y socios en todo el mundo; mientras el grupo Jalisco está presente en 21 de los 32 estados del país, 19 mil efectivos.
“Los carteles mexicanos compran precursores químicos a China, los envían a México, en donde producen fentanilo en masa y después lo introducen a Estados Unidos por aire, tierra y mar”. (FIN DE LA CITA)
¿Y qué dijo López Obrador sobre esas revelaciones? En clara defensa de las bandas criminales negó las cifras y hasta pidió pruebas.
Pero las pruebas llegaron, como ya se dijo, la tarde del miércoles 9 de agosto del 2023, cuando manos criminales dispararon y mataron a Fernando Villavicencio, candidato presidencial de Educador.
El malogrado candidato denunció que era amenazado por los cárteles mexicanos. Días antes de su muerte así lo expuso: “he recibido amenazas del Cartel de Sinaloa, me refiero (a una persona) alias “Tito”, en mi contra y en contra de mi equipo de campaña con una advertencia; que si sigo refiriéndome a él y a su estructura ellos atacarán en mi contra o atentarán contra mi vida.
“Esto lo que haces es confirmar que efectivamente nuestra propuesta de campaña afecta gravemente a estas estructuras criminales. Y aquí estoy dando la cara, no les tengo miedo, 20 años me he jugado en este país en contra de estas estructuras delictivas y reitero no les tengo miedo”. (FIN DE LA CITA)
En respuesta, el presidente mexicano volvió a defender a sus aliados de Sinaloa y Jalisco. Así dijo: “acerca de las causas, pues no me atrevería a adelantar nada sobre los motivos porque no hay elementos; son si acaso hipótesis y pueden ser hasta conjeturas. No hay que olvidar que siempre y más en tiempos electorales se inventan cosas, tons (sic) hay que actuar con mucha responsabilidad y mucha seriedad”. (FIN DE LA CITA)
Lo cierto es que López Obrador puede mentir todo lo que quiera, como es su costumbre; puede simular y hasta salir en abierta defensa de sus aliados criminales, pero también es cierto que “si tiene cola de pato, pico de pato y si grazna como pato, tenemos derecho a suponer que se trata de un pato”.
Y sólo falta saber cual será la respuesta del gobierno de Estados Unidos y el diagnóstico de la DEA sobre el magnicidio en Ecuador.
¿Se quedará con los brazos cruzados en gobierno de Biden?
Al tiempo.
El contenido de esta columna es responsabilidad exclusiva del columnista y no del periódico que la publica.