Los límites de la complacencia
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El panorama preelectoral cambió ayer.
Mucho más de los enunciados periodísticos.
En primer lugar, se rompió la quimera del PVEM de ir en solitario en el estado y en Coahuila para fortalecer su base electoral rumbo a las los comicios federales de 2024.
Por orden de su mando nacional, el mando mexiquense se agrega incondicionalmente al partido del gobierno, Morena, y según el dirigente Alejandro Moreno eso favorece la alianza opositora PRI-PAN-PRD.
Este es su análisis:
El Partido Verde tiene una base estimada entre ocho y nueve por ciento a reflejarse en la votación final en caso de competir de manera independiente.
Con una acotación: entre sus sufragantes unos simpatizan con alguna de las dos alianzas pero son mayoría quienes jamás respaldarían a los candidatos del gobierno.
-Prefieren a la oposición, a la alianza nuestra y se irán con nosotros -sostiene Alito.
En este sentido la beneficiaria debería ser la priísta Alejandra del Moral porque quienes no son fanáticos guindas se irían hacia ese frente para cambiar la política.
ANULAN A BERDEJA
En segundo lugar desactiva la rebelión de Ricardo García Berdeja.
El sueño del subsecretario de Seguridad era sumar a dos partidos satélites, el Verde y el PT, para desinflar al morenista Armando Guadiana y enfrentar al priísta/aliancista Manuel Jiménez.
Ya no los tiene y se le cierra el panorama.
Se queda huérfano y su única alternativa es convencer al amo y señor del cielo guinda de apear a Guadiana para darle la oportunidad, pero Palacio Nacional no está para atender caprichos.
Donde sí puede intervenir pero con regaños y advertencias es en el estado de México para conciliar entre Higinio Martínez, creador y cacique del Grupo Texcoco.
Su empeño es imponer a Delfina Gómez, quien no encuentra el ropaje esperado de su promotor Higinio Martínez porque está enfrentado a su antiguo promovido y actual coordinador de campaña, Horacio Duarte, porque éste le disputa el poder.
Si no hay un apremio presidencial, los operadores del senador seguirán sin participar y su negligencia será fundamental para el resultado de la contienda.
ARREGLO OPOSITOR
Un tercer elemento es el fortalecimiento opositor.
Se ha confirmado la suma PRI-PAN-PRD, coalición en la cual pocos creían y mucho menos con la operación del dirigente Alejandro Moreno, Alito.
El campechano negoció de principio a fin con el panista Marko Cortés y el perredista Jesús Zambrano bajo un principio: las plazas corresponden a los partidos electoralmente líderes.
Es decir: en Coahuila y el estado de México el PRI tiene el gobierno, trae las tendencias y por lo tanto le corresponde poner candidatos -principio no respetado en Hidalgo: Carolina Viggiano fue postulada por el PAN- bajo la alianza.
Para este entendimiento fueron claves varios personajes.
En especial el panista Enrique Vargas del Villar, quien ya es figura nacional de su partido y tiene un objetivo acordado: cabeza en la fórmula para el Senado de la República en 2024 y tal vez coordinador de la fracción azul.
Vargas del Villar no solamente declinó y dejó el camino libre a Alejandra del Moral, sino opera desde hace meses con panistas, perredistas y aun morenistas y emecistas para enfrentar el aparato del gobierno.