Un vecino distante, desconfiado y colérico nos vigila
De nueva cuenta el tiempo, siempre terco, me da la razón.
Y es que en dos entregas consecutivas del Itinerario Político –del 25 y 26 de marzo de 2015–, documenté paso a paso las pillerías, trapacerías y abusos de poder de la pareja preferida de López Obrador; la dizque doctora en derecho, Yasmín Esquivel Mossa y el constructor, José María Rioboó.
Es decir, que desde hace casi ocho años, aquí se dio a conocer que la hoy ministra de la Suprema Corte y su esposo, el contructor preferido de Palacio, eran probados criminales que cometían toda clase de delitos al amparo del poder político de Obrador y de su claque.
Hoy, como todos saben, Yasmín Esquivel Mossa fue desenmascarada como plagiaria de sus títulos de licenciatura, maestría y doctorado, cuando intentó ser impuesta por su amigo Obrador –ya convertido en mandatario–, como presidenta de la Suprema Corte de Justicia.
Pero vamos al paso a paso.
Como ya se dijo, en entregas consecutivas del Itinerario Político del 25 y 26 de marzo de 2015, tituladas: “venezolanos secuestrados en el DF: la realidad supera la ficción”, aquí documenté “con pelos y señales” los excesos legales y los abusos de poder de la pareja criminal Mossa-Rioboó.
Y si lo dudan, a continuación un extracto de aquellas entregas.
“En las próximas horas, la Asamblea Legislativa podría ratificar como presidenta del Tribunal de lo Contencioso Administrativo del Distrito Federal, a Yasmín Esquivel Mossa, doctora en derecho que pregona que “toda persona debe someterse a la única dictadura aceptable: la dictadura de la ley”.
“Yazmín es una exitosa abogada que goza del favor del poder y quien presume que ella y su esposo, el constructor José María Rioboó, son íntimos amigos de López Obrador.
“Lo que no saben en la Asamblea Legislativa es que la presidenta del Tribunal de lo Contencioso Administrativo es presunta delincuente que se vale de su cargo para cometer tropelías, a nombre de la “dictadura de la ley”.
“¿Quieren pruebas? El portal especializado Letra Roja comenzó a publicar un serial del terror vivido en México por la pareja de venezolanos, Antonio José Urbina Romero, y su esposa, Coral Rojas Acosta, presos por demandar daño moral y psicológico por parte del colegio propiedad de la pareja Mossa-Rioboó.
“La historia es, literalmente de terror y muestra el escandaloso nivel de corrupción, impunidad y complicidad del Poder Judicial del DF.
“Resulta que hace cinco años, Antonio José Urbina y Coral Rojas Acosta llegaron a México luego de salir de Venezuela a causa de la crisis económica de aquella dictadura. Buscaban un mejor futuro para sus tres hijos. Pero en México los atrapó la corrupción y llevan ocho meses “secuestrados” por el Poder Judicial del DF.
“Antonio es un reputado especialista en sistemas que colaboró en la construcción de la Plataforma México y que al momento de su detención trabajaba en América Móvil. Coral es administradora de empresas.
“Todo comenzó cuando inscribieron a su hijo mayor en el Colegio Westhill Institute S.C. Santa Fe, en diciembre de 2010. A partir de esa fecha y hasta diciembre de 2014 –cuando fueron detenidos–, pasaron un calvario en dicha escuela, en donde su hijo nunca fue inscrito de manera formal, a pesar de haber pagado todas las colegiaturas, de 15 mil pesos mensuales.
“Luego de las irregularidades –que incluyeron boletas falsas y hasta amenazas de muerte–, los venezolanos demandaron a la escuela por daño moral y daño psicológico. La respuesta fue la detención arbitraria, sin orden de aprehensión y una fianza de 30 millones de pesos.
“El delito imputado, “fraude procesal”, es la figura legal preferida por los juzgadores para vengarse de sus enemigos. ¿Y por qué prosperó el secuestro de los ciudadanos venezolanos a manos del Poder Judicial del DF?
“Como ya se dijo, el colegio Westhill Institute S.C. Santa Fe es propiedad de José María Rioboó, quien presume amistad con Obrador. Su esposa es la magistrada Yasmín Esquivel Mossa, presidenta del Tribunal de lo Contencioso Administrativo del Distrito Federal, a quien deberá ratificar en horas la Asamblea Legislativa del DF.
“Resulta que la pareja mafiosa Mossa-Rioboó movió sus influencias para llevar a prisión a quienes demandaron penalmente a la “prestigiada escuela” de su propiedad; persecusion a niveles demenciales que llegó a las amenazas de muerte a los abogados que defendían a la pareja de venezolanos.
“Por eso obliga preguntar: ¿Qué hace la presidenta del Tribunal de lo Contencioso Administrativo del DF, Yasmín Esquivel Mossa, como parte del Consejo de Administración del colegio Westhill Institute?
“¿Por qué su esposo, el constructor, Rioboó es presidente del Consejo de Administración de una escuela acusada de apropiarse de terrenos del Bosque de Chapultepec, en donde se proyecta un lujoso complejo residencial?
“¿Por qué los padres de dos alumnos del Westhill Institute que demandaron a la escuela, están presos gracias a procesos penales amañados por jueces amigos de la presidenta del Tribunal de lo Contencioso?
“¿Por qué un conflicto escolar aparentemente ridículo, terminó con el encarcelamiento de los padres de los menores presuntos afectados –padres de origen venezolano que llevan nueve meses presos–, quienes han ganado dos amparos pero siguen en la cárcel porque sus acusadores presumen su amistad con López Obrador?
“Lo cierto es que el escándalo de abuso de poder impunidad y crimen de la pareja Mossa-Rioboó apenas empieza. Al tiempo”. (Fin de la cita)
Sí, desde 2015 aquí se denunció a la mafia legaloide que en ese año encabezaban Yasmín Esquivel Mossa y su esposo, José María Rioboó, quienes desde entonces son los preferidos de López Obrador.
Pero también de neuva cuenta el tiempo, siempre terco, me dió la razón.
Y es que casi ocho años después de aquellas entregas del Itinerario Político, sigue el escándalo en torno a la pareja criminal Mossa-Rioboó; un escándalo que exhibe no solo la pestilente corrupción imperante en el Poder Judicial, en la Suprema Corte y en Palacio, sino tambièn en la UNAM.
Corrupción y complicidad que ya son el sello del fallido gobierno de López Obrador.
¿Quién será capaz de poner un alto a la pareja criminal Mossa-Rioboó?
Al tiempo.