Un vecino distante, desconfiado y colérico nos vigila
Durante años, Miguel Barbosa fue un severo critico de López Obrador y, al final, terminó afiliado a Morena, para alcanzar su ambición de ser gobernador de Puebla.
Por años, Barbosa fue ignorado de manera pública y vergonzante por el presidente Obrador, quien indiferente y arrogante le negó el saludo.
Paradójicamente, el 14 de diciembre del 2022, el propio López encabezó un homenaje de cuerpo presente por la muerte de Barbosa, el mismo al que por años le negó el saludo.
Miguel Barbosa murió el 13 de diciembre del 2022; curiosamente otro 13 de diciembre, pero de 2018, tomó posesión del gobierno de Puebla, Martha Erika Alonso, quien meses antes había derrotado en las urnas a Barbosa.
Como recuerdan, la gobernadora de Puebla, Martha Erika Alonso, falleció el 24 de diciembre 2018 junto con su esposo, el entonces senador, Rafael Moreno Valle, cuando se desplomó el helicóptero donde viajaban.
Barbosa murió también en diciembre –del 2022–, a causa de una presunta negligencia médica provocada en el Hospital de Ortopedia de Puebla. Dicho hospital se llamaba Rafael Moreno Valle; nombre del padre del exgobernador Moreno Valle y quien, como ya se dijo, perdieron la vida el 24 de diciembre de 2018 junto con su esposa, la gobernadora Erika Alonso.
Desde el accidente en el que perdieron la vida la gobernadora de Puebla y su esposo, se especuló un presunto crimen de Estado y se responsabilizó a Barbosa. Durante años nadie investigó nada y sigue viva esa versión; de la que me ocupe aquí el pasado 5 de diciembre del 2022, en el Itinerario Político titulado: “Cuatro años y silencio en la muerte de Erika Alonso”.
Por eso aquí un resumen de aquel Itinerario Político.
“Seguramente pocos recuerdan que el 24 de diciembre de 2018 perdieron la vida, Martha Erika Alonso, gobernadora de Puebla y su esposo, Rafael Moreno Valle, senador por esa entidad.
“La pareja de políticos viajaba en un helicóptero al servicio del gobierno de Puebla –propiedad de una empresa privada–, que se desplomó sin que a casi cinco años de distancia se haya aclarado el siniestro.
“Curiosamente, la gobernadora y el senador poblanos había declarado que serían los más duros opositores al naciente gobierno de López Obrador, que había arrancado 11 días antes, el 13 de diciembre de 2018.
“Desde la tarde del 24 de diciembre de 2018 –cuando se produjo la tragedia–, ninguna institución del Estado mexicano realizó investigación alguna y nada se sabe hasta hoy, porque a nadie le interesó indagar la muerte de una gobernadora y de su esposo, el líder de los senadores del PAN.
“Y la mejor pruebas es que hoy, a casi cinco años de la tragedia, y luego de repetidas promesas incumplidas, el gobierno federal también fracasó en el esclarecimiento de un siniestro que tiene todos los signos de un crimen cometido con la complicidad del Estado.
“¿Un crimen solapado por el Estado?
“En efecto, resulta que mientras la gestión de López Obrador entra al último tercio –inició el quinto año de gobierno–, queda claro que si en cuatro años a nadie le importó, no se puede esperar ninguna indagatoria seria en lo que queda de la fallida gestión de López.
“Peor aún, en lo que va del gobierno de AMLO se han desplomado nueve helicópteros oficiales –seis de la Marina y tres de la Sedena–, además de dos pertenecientes a empresas particulares, sin que en la mayoría de los casos se haya aclarado nada sobre el origen de los accidentes” (Fin de la cita)
Lo cierto es que desde el mismo día de la tragedia que costó la vidas a la gobernadora de Puebla y a su esposo, aquí dijimos que eran muchas las evidencias de un crimen de Estado.
Así lo dije en el Itinerario Político del 26 de diciembre de ese 2018, titulado: “¡Crimen de Estado a la carta!”.
“Aquí no sabemos si fue o no un accidente la tragedia en la que perdieron la vida los esposos Erika Alonso y Rafael Moreno Valle, gobernadora de Puebla y líder de los senadores del PAN, respectivamente.
“Lo que sí creemos es que sólo una profunda investigación –de peritos de la materia–, determinará las causas y, en su caso, fincará responsabilidades.
“Creemos que se equivocan los secretarios Alfonso Durazo y Javier Jiménez Espriú, cuando hablan “de un accidente” y aseguran que el incidente se debió “a una avería” del aparato desplomado.
“¿Por qué se equivocan? Porque nadie sabe hoy las causas de lo ocurrido y sólo los peritajes de expertos lo determinarán. Lo demás parece complicidad. Al tiempo”. (Fin de la cita)
Meses depués, en el Itinerario Político del 12 de junio de 2019, titulado “Por qué AMLO no investiga la tragedia de Puebla”, revelé que una fuente de la SCT le confirmó a Itinerario Político que desde Palacio llegó a esa dependencia la orden de no seguir en la investigación del helicóptero en el que perdieron la vida Martha Erika Alonso y Rafael Moreno Valle. Versión hoy parece realidad.
Así lo dije: “Nadie informará nada nuevo sobre la tragedia y menos se aclararán las abundantes dudas del caso, como por ejemplo, que no hay coincidencia entre la hora del último video donde se vio con vida a la gobernadora de Puebla, con las horas en que se habría producido la tragedia.
“Lo único cierto, a dos años, es que siguen ocurriendo presuntos “accidentes” e inexplicables “crímenes políticos”, sin que nadie en el gobierno de López Obrador sea capaz de aclarar nada. Más bien parece que la tragedia y el crimen persiguen a los mayores adversarios de López Obrador”. (Fin de la cita)
Miguel Barbosa ya está en la historia como el mejor ejemplo del político mexicano capaz de lo que sea por alcanzar el poder.
Capaz de simular, de mentir, de acudir a la traición, hasta al crimen, ya que no pocos le acreditaron la muerte de la gobernadora Martha Erika Alonso.
Lo cierto es que Barbosa no sólo era un cadaver viviente, sino un “dictador chiquito”, alejado de la realidad e incapacitado física y mentalmente para el ejercicio del poder.
Paradójicamente Barbosa murió a causa de una presunta negligencia médica producto, a su vez, de las malas condiciones en que el gobierno poblano tiene a las instituciones de salud.
Sí, le llaman Karma.
Al tiempo.