Un vecino distante, desconfiado y colérico nos vigila
Mi Lucha, la obra fascista de Adolfo Hitler, tiende sus influencias en grupos que están cobijados por nuestro presupuesto, entre ellos partidos como Acción Nacional (PAN). A la par, con la presencia de destacados ultraderechistas en el país, que agreden nuestra vida soberana que se asume democrática. Es cierto que en los últimos tiempos esas expresiones que se venían reproduciendo desde hace décadas, ahora se siguen exhibiendo con más fuerza y publicidad, al grado de que se expresaron abiertamente en la marcha del domingo 13 de noviembre con grupos a favor de esa postura. Las frases, los epítetos, la denostación racista de las personas (indios patas rajadas, su favorita), son solo evidencias superficiales de lo que hay detrás de una postura peligrosa que llevó a la muerte a millones de personas en las dos guerras mundiales. Poco antes se habían denunciado eventos con la evidente postura hitleriana que la propia ONU condenó públicamente. El desarrollo de esa corriente en partidos que se desenvuelven dentro de las normas democráticas que recoge la Constitución, a las que están obligados, es una violación que los órganos electorales han pasado por alto. Han llegado al grado como sucedió con representantes del ultraderechista español VOX, de llevarlo a uno de los poderes, el legislativo federal, sin que el INE y el TEPJF se hayan tibiado. Y es natural, es a ellos dos a los que defendieron el pasado domingo, los que ya profesan abiertamente la línea de derecha.
LA DERECHA SE HA IDO INSERTANDO EN EL PAÍS, SIN QUE SE SANCIONE SU VIOLENCIA
De muchas maneras la derecha panista despliega posiciones que agreden los principios democráticos del país. En ellos ha enrolado al PRI y al PRD, como se vio en la pasada marcha. Y se ve en acciones, públicas como la utilización de recursos para comprar voluntades, a las que en muchos casos se amenaza. En alcaldías como la Cuauhtémoc y la Álvaro Obregón, se destruyen obras, se vulneran derechos de espacios públicos, al grado de amenazar con armas como sucedió recientemente en la alcaldía Miguel Hidalgo. Mezclada su actitud con negocios que violan derechos ciudadanos, como el caso del Cártel inmobiliario en donde los derechos de la población a una vivienda digna y accesible son violados con tranzas y mentiras. Buscan la forma de irse acomodando en el poder, con la intención clara de hacer a nuestro país, un entorno derechista. Esto se refleja en lo internacional con lo que ha pasado conVOX y las visitas actuales de la delegación de ultraderechistas. Hay repuntes diplomáticos en México, como sucede con la embajadora ucraniana, Oksana Dramaretska, exigiendo definiciones impropias para apoyar su postura contra Rusia.
EL LIBRO TENEBROSO MI LUCHA, BULLE EN LA MENTE DE DERECHISTAS MEXICANOS No se sabe cuantos alemanes han leído Mi lucha de Adolfo Hitler en las últimas décadas, pero en enero de 2016 se volvió a editar por primera vez después de 70 años, en Alemania; libro del hombre que devastó Europa en la Segunda Guerra Mundial. Los derechos de autor prescribieron décadas en aquel país, pero en otros no ha habido problema. Aquí se ha distribuido desde hace tiempo. Yo lo compré en un templete hace 17 años en el tianguis que se pone entre la Plaza de toros y el que era el estadio del Cruz Azul. Un libro con ribetes rojos lleno de swásticas lanzado por la Editorial del Partido Nacional Socialista de América Latina, pero impreso en forros en México, en el año 2000. Debe ser un libro de cabecera de algunos políticos en cuyas conductas se evidencia el desprecio a lo que Hitler llamaba razas inferiores. En su libro nos toca directamente a los latinoamericanos ya que sostiene que se dio una fusión de razas inferiores y por lo tanto lo seguimos siendo. Por el contrario dice que en Estados Unidos – y lo alerta-, al fusionarse la raza aria con “seres morenos”, la grandeza de la raza rubia desapareció. Se agarra mucho patín al leerlo, porque la larga historia tenebrosa que relata parece de ciencia ficción. Y no hay mucha diferencia con las verdades históricas que todos conocemos. La escribió entre 1924 y 1926 y la inició cuando estaba confinado en el presidio de Landsberg por el atentado en el que murieron varias personas. Un Sigfrido peligroso – pero feo pese a su soberbia por la raza aria-, cuyas teorías causaron la muerte de 40 millones de personas, 20 millones de las cuales las puso la URSS. A lo mejor algunos de los políticos mexicanos se apoderaron de sus tesis sobre propaganda, la que Hitler privilegió sobre la organización, para la que favoreció a los prácticos sobre los intelectuales. a los que aborrecía. Aún así, el dirigente perfecto, el Führer, debe ser una mezcla de los dos, según él. Libro oscuro, inhumano, antisemítico, que puede ser poco útil en un mundo en el que el neonazismo se ha trasminado a tal grado, que no se necesitan teorías para su desarrollo.