Un vecino distante, desconfiado y colérico nos vigila
Sigue la mata dando. Sobre el acontecimiento que quitó el sueño a muchos el pasado 13 de noviembre, se han escrito multitud de análisis en los que hay coincidencia, por lo general utilitaria. Los que creen realmente que los que marcharon tienen razón en sus críticas, son los que coinciden con ellos. Los que dicen que muchos utilizaron el caso INE para expresar sus verdaderas intenciones, en una expresión de hipocresía (sin decirlo), son, se sostiene, los que más se acercan a la verdad. Pero he leído unas opiniones que difieren en parte de esa concepción, al sostener que en efecto hubo unos que fueron a esa marcha en contra de AMLO, pero no desde la perspectiva de los organizadores de la misma. Personas que utilizaron también la hipocresía a partir de otros argumentos, jóvenes sobre todo, que aprovecharon la situación para expresar un desencuentro con alguien al que en un momento apoyaron. En ese caso a AMLO. Si fuera cierto ésto, sería la expresión más grave, porque se sumaron a una marcha llena de recovecos; les cedieron su presencia a grupos cuestionados, algunos con acusaciones graves, para expresar su descontento. En los demás casos se entiende, hay intereses diversos que se expresan cotidianamente y ya los conocemos. Pero estos últimos, que pudieron haber utilizado otros recursos, incluso organizar su propia marcha, no tienen disculpa. El derecho los configura en el tipo de la traición. El hijo merece la más alta sanción del código. El cómplice tendrá una pena normal. Lo que se está penalizando en el primer caso es la traición, aplicada aquí a partir de la hipocresía.
CINCUENTA OBRAS CLÁSICAS FIJAN SU ARGUMENTO EN LA HIPOCRESÍA
La hipocresía como actitud tiene muchas variantes, no es lo mismo la hipocresía social que se basa en la doble moral de una sociedad, que la de la persona que esconde sus puntos de vista para conseguir un fin. La lista que dan la enciclopedias son de 50 obras por lo general novelas o relatos, que quizá todos hemos leído: Cumbres borrascosas, La edad de la inocencia, El extraño caso del doctor Jeckyl y mister Hyde, El paraíso perdido, El proceso, El extranjero, Ana Karenina, La letra escarlata, La feria de las vanidades, ¡A la mierda la bicicleta! (Ediciones SM España 2006), son algunas de las mencionadas, que si se analizan, muchas parten de esa hipocresía social ya mencionada. El caso del Doctor Jeckyl y Mister Hyde obra escrita en 1886 por Robert L. Stevenson, es diferente, porque la hipocresía se encierra en la duplicidad de una misma persona. En el proceso de Franz Kafka, escrita en 1925, la hipocresía gira en torno de un sistema burocrático que puede causar la muerte por la tardanza. Son muchos los que esperan justicia, a los que les pasa eso.
¡A LA MIERDA LA BICICLETA! LA HIPOCRESÍA DE LA IMPOSICIÓN
La novela del valenciano Gonzalo Moure Trénor, dirigida a un público juvenil, engloba muchos aspectos, pero el principal, es sobre la propia decisión que deben de tomar los jóvenes. Vuelvo a lo mismo sobre la juventud que fue a la marcha del domingo y el caso de familias que arrastraron a sus hijos, niños entre ellos, a un acto al que quizá no comprendían. El escritor español, autor de más 30 libros propios y otros colectivos, dirigidos a niños y jóvenes, se caracteriza por dar en sus obras mensajes sociales que ya le reconocen en España y en otros entornos con los premios que ha obtenido. Entre las luchas especiales que encabeza se haya el problema saharahuí, al que ha dedicado tres libros y ha juntado cinco bibliotecas en buses bibliotecarios para apoyar a los jóvenes de esa región. La novela que nos ocupa, premiada en Jaén, se refiere a un joven al que tratan de imponer una forma de ser en torno a la naturaleza con la que él no está de acuerdo. Moure aprovecha la obra para enviar el mensaje a los jóvenes para que sean ellos mismos los que tomen sus decisiones y rechacen la imposición. Los de la marcha no lo leyeron.