Un vecino distante, desconfiado y colérico nos vigila
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Octubre dio tres bandazos antes de despedirse: el futuro de Lula da Silva y el fin del horario de verano el día 30 y una exaltación desusada de las festividades de muertos. Estas, presentan apantalladoras figuras gigantes como remedo de lo que se hace en otros países, muy diferente a las ceremonias que se estilaban años atrás en pueblos y barrios del país. Hay como una especie de cerrar los ojos ante una realidad que se nos echó encima hace varios años y un recalque de que somos un país que celebra a los muertos. Tradicionalmente se han hecho ceremonias y han sido famosos Mixquic y Janitzio, las ceremonias panteoneras, las llamadas cruces del perdón para aquellos deudos cuyos muertos están lejos y la visita a los panteones. En años recientes las calles se llenan de esas enormes figuras ingeniosas y multicolores llamados alebrijes, 160 este año en la capital del país, secundados al día siguiente con desfile de catrinas y para añadir el sábado 29 del mes, con otro desfile de seres mortuorios gigantescos. Los artesanos se han dado vuelo en eventos que se han hecho internacionales, en donde las calaveras exhiben rostros sonrientes, aunque siempre sean de imágenes de muerte; el desafío de la vida presentado con humor y colorido.
DOS ADIOSES EL 30 DE OCTUBRE: UNO EN BRASIL Y OTRO EN MÉXICO
Las expectativas para el triunfo de Lula estuvieron marcadas desde meses antes por un cambio a fondo en Brasil y Noam Chomsky el pensador estadounidense, lanzó la idea de que con Jair Bolsonaro de nuevo, la humanidad corre peligro. Se refería a los gases de efecto invernadero que Bolsonaro ha agudizado con la acelerada destrucción de la Amazonia, apoyado en otros confines por Estados Unidos. En México, después de 26 años la eliminación del horario de verano ha sido aprobada masivamente, 445 diputados, en la cámara de diputados. El uso de ese horario no tuvo efectos positivos en la economía, pero si afectó la salud, según médicos de la UNAM que consideraron que aunque fuera una hora la que alteraba el horario si se reflejó en la salud, sobre todo de niños. La noche del 30 de octubre los relojes adelantan una hora. El 31 empieza a funcionar con algunas excepciones, el horario de invierno. Sobre el primer evento, el de Brasil, se estuvo recalcando que las elecciones serían de infarto, por la forma como Bolsonaro maniobró para acercarse a Lula.
EL MES BRUMARIO EMPIEZA CON LOS SANTOS Y SIGUE CON LOS MUERTOS
El libro La muerte en la Poesía Mexicana (Editorial Diógenes 1970) del que hemos incluido poemas en otras ocasiones, tiene la singularidad de que su prólogo fue escrito por Merlin H. Forster en la universidad de Illinois en 1969. Por el nombre de los capítulos que aborda para presentar la poesía sobre la muerte, de 39 poetas, se exhiben los aspectos abordados por esos poetas según la selección. Es el recordar la insistencia de la muerte a principios del mes de noviembre, pero que deja ese recuerdo todo el año. Son: la muerte en tono leve popular y grotesco, la muerte en tono elegíaco, la muerte personificada, la muerte como motivo para gozar de la vida, la muerte como presencia en la vida y más allá de la muerte. Para publicar algo sobre la muerte como motivo para gozar de la vida, eché un volado para seleccionar uno de los 187 poemas que trae el libro, pero cosa curiosa, seleccioné el mismo poeta que he publicado en otras ocasiones, Manuel Gutiérrez Nájera. Quizá porque inconscientemente quise hacer vivir un poco más a ese poeta, escritor y periodista, uno de los grandes del siglo XIX nacido en 1859, que vivió una vida corta: 36 años. Dos versos de su poema Non omnis moriar
¡No moriré del todo amiga mía!
De mi ondulante espíritu disperso
algo en la urna diáfana del verso
piadosa guardará la poesía
Al ver entonces lo que yo soñaba
dirás de mi errabunda poesía
era triste, vulgar lo que cantaba…
¡más que canción tan bella la que oía!