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Libros de ayer y hoy
Una mujer ha muerto.
Una mujer que estuvo en el trono por 70 años. Una mujer que tenía 13 años cuando comenzó la Segunda Guerra Mundial, y que ascendió al trono, en 1952, a los 25 años. Una mujer que fue Reina cuando Winston Churchill todavía era Primer Ministro, y que, en 1956, realizó una visita histórica a la Alemania Occidental, la primera visita Real en 50 años. Una mujer que, en 2011, fue la primera Monarca Británica en visitar Irlanda post-independencia.
Una mujer que definió 1992 como “annus horriblis”, un año horrible, después del divorcio de tres de sus cuatro hijos, y que, en 1997, recibió muchas críticas sobre su manejo de la muerte de la Princesa Diana, lo que la obligó a participar en una transmisión televisiva inaudita en homenaje a la Princesa. Una mujer que vio cómo el proceso de descolonización puso fin al Imperio Británico. Una mujer que creó la Mancomunidad de Naciones, hoy compuesta de 54 países, de las cenizas de dicho Imperio.
Una mujer que, en 2015, superó el reinado de la Reina Victoria, convirtiéndose en la monarca con más años de servicio en la historia británica. Una mujer que vio la muerte de su esposo, el Príncipe Felipe de 99 años. Una mujer que, hace solo dos días, aceptó la transición de poder de Johnson a Lizz Trus.
La Reina Isabel II ha muerto, una mujer criticada por algunos, pero amada por la mayoría. Amaba viajar, visitó alrededor de 129 países. Amaba a su país, pero amaba sobre todo servir a la Casa Real.
Una mujer ha muerto.
*Profesor de Relaciones Internacionales del Tec de Monterrey