Un vecino distante, desconfiado y colérico nos vigila
Ayer, 18 de julio del 2022, fue día de fiesta en la casa presidencial mexicana, en Palacio.
Y es que el dictador celebró con bombo y platillos el 150 aniversario de la muerte de uno de sus próceres de la historia mexicana, de quien se cree heredero y hasta la mismísima encarnación en el siglo 21 mexicano.
En efecto, el 18 de julio de 1872 –hace 150 años–, murió el Benemérito Benito Juárez, convertido por el presidente mexicano como el sueño a seguir.
Sin embargo los hechos, la terca realidad, dicen otra cosa.
¿Por qué?
Porque si bien Obrador siempre abrigó el sueño de convertirse en el moderno Juárez mexicano, la realidad lo convirtió, en los primeros 43 meses de su gobierno en otro Benito nada apreciado; el fascista Benito Mussolini.
Pero las casualidades son mayores si recordamos que López también es adorador de Mussolini, el padre del fascismo y uno de los dictadores más crueles y sanguinarios de la historia.
Incluso, en distintos momentos Obrador no sólo elogió a Mussolini sino que intentó copiar la “marcha de las antorchas”, la que misma que llevó a cabo el dictador italiano para hacerse del poder.
Y por eso, porque el presidente mexicano está más emparentado con Benito Mussolini que con el gigante mexicano, Juárez, reproducimos un fragmento del Itinerario Político del pasado 21 de abril, titulado igual que hoy: “¡Soñó ser como Juárez y terminó como Mussolini!”.
Aquí la cita: “la terca realidad confirma –a punto de cumplir la tercera parte de su gobierno–, que el presidente mexicano terminará igual que otro Benito, el padre del fascismo, Benito Mussolini.
“Y es que igual que el dictador italiano, Obrador insulta, difama, persigue y calumnia a sus críticos y hasta alienta el odio social en contra de los disidentes, al extremo de obligar a dueños de los grandes medios –prensa, radio y televisión–, a despedirlos por no acatar la censura oficial.
“Igual que Mussolini, Obrador formó su ejército de “camisas negras”, motejados como “Servidores de la Nación”, quienes desde la modernidad de las redes sociales linchan, persiguen, difaman y calumnian a quienes se atreven a disentir y pensar distinto, al grado de convertirlos en perros del mal: “traidores de la patria”, un epíteto que en el fondo busca lealtad a toda prueba. “En efecto, igual que el fascista Mussolini, el “dictador bananero” López ordenó perseguir en redes, en plazas públicas y mediante campañas mediáticas oficiales a los diputados que votaron contra sus caprichosas reformas, al tiempo que sus lacayos del gabinete, como Pablo Gómez, llaman a llevar presos a quienes se negaron a votar en el falso revocatorio.
“Y es que en el “chabacano fascismo” impuesto por AMLO en México, es traidor a la patria y a su decadente transformación todo aquel ciudadano que se atreva a critica y cuestiona las ocurrencias, tonterías, necedades y hasta los crímenes de Estado ordenados desde Palacio.
“De esa manera, al entrar a su cuarto año de gobierno –y ante la soledad del poder fallido–, el mandatario López se aleja día a día del ideal juarista y, paradójicamente, se aproxima a los horrores de la dictadura de Mussolini.
“¿Lo dudan?
“1.- Conforme se aproxima el último tercio del gobierno de Obrador también se acentúa el autoritarismo oficial y se cataliza la persecución de Estado contra los críticos, opositores, disidentes y todos aquellos que abre los ojos y se atreve a cuestionar al fallido gobierno de AMLO.
“Y el mejor ejemplo es la fascista campaña presidencial contra críticos, opositores y disidentes la vimos horas después del domingo pasado, cuando desde Palacio salió la orden “de crucificar” en redes sociales a los diputados que se atrevieron a rechazar la inconstitucional Reforma Eléctrica.
“El propio presidente llamó “traidores a la patria” a quienes votaron contra su reforma –y cual fascista al mejor estilo de Mussolini–, mandó el mensaje de que su partido, Morena, crucificara a los opositores.
“2.- Y la orden del tirano fue cumplida sin chistar. El jefe de Morena, Mario Delgado, y todos el aparato oficial se encargaron de financiar la más descomunal campaña mediática contra los opositores del PRI, PAN y PRD; legisladores que fueros exhibidos en redes sociales como “la peste”.
“3.- Al mismo tiempo cayó una nueva cabeza simbólica de la crítica intelectual contra el dictador mexicano. Resulta que el articulista semanal de Milenio, Guillermo Valdés Castellanos –junto con una decena de críticos–, anunció su salida del Grupo en el que colaboró por más de 20 años.
“¿Qué fue lo que pasó?
“Que desde Palacio les impusieron a los dueños del Grupo Milenio –a la familia González–, una más de sus vulgares censuras.
“Y los lacayos y abyectos dueños de Milenio se doblaron. Sí, echaron de una docena de artículistas crítico de los afanes dictatoriales de López, entre ellos al ex director del Cisen, Guillermo Valdés Castellanos.
“Sin duda una pérdida lamentable en la crítica a la dictadura mexicana ya que los dueños de Milenio salieron de España huyendo de la dictadura de Franco y hoy, contra su historia, son lacayos del dictador mexicano.
“4.- Pero si aún dudan de los afanes fascistas de AMLO y de la copia de su gobierno frente a su adorado Mussolini, a los ojos de todos está la militarización nacional, el mejor ejemplo de que López Obrador sigue “el manual del dictador” a “pie juntillas”.
“Incluso la propia ONU ha denunciado la grosera militarización de la vida pública mexicana y los afanes del presidente López Obrador por convertir a militares y marinos en los rectores del Estado.
“5.- El signo distintivo del gobierno de AMLO ha sido la fobia mostrada contra la derecha y, en especial, el repudio a todo al neoliberalismo, otra característica del “Manuel del Fascista” impuesto por Mussolini.
“6.- Pero “la joya de la corona” del fascismo de López Obrador es el desprecio que ha mostrado a los derechos humanos.
“Para nadie es novedad que la primera de las acciones de Estado de López Obrador fue acabar con la CNDH, la cual secuestró a través de una incondicional como Rosario Piedra, que no es más que una “verdadera piedra” para justificar toda clase de violaciones a las garantías fundamentales.
“Al final de cuentas los hechos confirmaron que, en la realidad mexicana, el presidente López, el mismo que aspiró a ser el moderno Juárez, terminó convertido en epítome del fascista Benito Mussolini.
“Y el tiempo se encargará de poner a los criminales del gobierno de López en su lugar. Al tiempo”. (Fin de la cita)
Lo curioso del caso es que horas antes del Homanaje a Juárez, en Palacio Nacional, López Obrador llamó a los mexicanos avecindados en Estados Unidos a votar por los candidatos y los partidos que no los denigren.
Es decir, el mandatario mexicano incita desde Palacio a una grosera intromisión en la democracia norteamericana.
¿Y dónde quedó Juárez?
Por eso vale decir que tienen razón quienes motejan a presidente mexicano como “Andrés Manuel Mussolini Obrador” –AMMO–, por su ssiglas en castellano.
Al tiempo.