Líneas Quadratín
Línea de sucesión
Dicen los abogados que, a confesión de parte, relevo de pruebas.
Con su “testamento” político el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador se situó al lado de sus pares, en su mayoría emperadores, reyes o dictadores.
Olvidese de Constantino I, emperador de Roma quien en el año 337 DC decretó “el carácter hereditario de los oficios” además de emitir el Edicto de Milán.
Olvidese de Luis XVI, Rey de Francia y duque de Berry
Quien se dejó influenciar por la reina “y por una camarilla de cortesanos”
Hagamos caso omiso a Agustín de Iturbide y a Maximiliano de Habsburgo en nuestro país.
Miremos hacia el siglo XX: Hitler, Franco.
Situémonos en el Siglo XXI donde Hugo Chávez, de Venezuela, designó como sucesor a Nicolás Maduro, el mismo que habla con los pajaritos.
Dice el macuspano que, en caso de fallecer, su testamento, del que esbozó algunas líneas, garantizaría la gobernabilidad.
En los sueños de López Obrador, la “regenta” o “Major” en la CDMX, a quien impulsa como candidata presidencial para 2024, se convertiría en Jefe de Estado suplente.
Deje le digo que, por aquello de que el tabasqueño llegara a morir siendo presidente, los mexicanos tenemos el articulo 84 en la Constitucion:
“En caso de falta absoluta del titular del Poder Ejecutivo, el secretario de Gobernación…”– en este caso el hijo de Don Payambé, antiguo protector de “André Manue”– asumirá el mando, así sea provisionalmente, en tanto el Congreso, de mayoría Morena, nombra a un presidente interino o substituto.
Sobran, pues, las instrucciones del testor.
A nadie importa que deje a nuestro país en lo que llama “un proceso de transformación”.
Ante “la posibilidad de una pérdida de mi vida”… escribió…
Dios no lo quiera, pero de la Revolución para acá, AMLO habrá sido el único presidente en morir en el cargo.
Si hubiera muerto en los dos primeros años de su gestión, el Congreso debió nombrar un presidente interino.
Como está en los umbrales del cuarto año, quien le suceda ejercería el mando en calidad de presidente substituto.
Parodiando al Jefe de Estado mexicano, si muere o no, “No Pasa Nada…”
Ya ven: Vladimir Ilich “Lenin” URSS 1923; Adolf Hitler, Alemania y su Canciller Goebbels (1945); Francisco Franco, España (1975); Juan Domingo Perón, Argentino (1974); Augusto Pinochet, Chile (2000); Hugo Chávez y Nicolas Maduro en Venezuela…
En la cola de Claudia Scheinbaun, Marcelo Ebrard, Ricardo Monreal y demás cuatreristas hay muchos formados.
En esa cola, la de la sucesión presidencial, ni la corcholata, ni el cancilñler, ni nadie puede asumir el mando por designación.
¿Qué puede heredar el testarudo testador si no es dueño de nada?
Como dicen los abogados, “a confesión de parte, relevo de pruebas…”
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