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ACAPULCO, Gro., 3 de diciembre de 2021.- Ser defensora de derechos humanos en México es una labor riesgosa, precarizada en la gran mayoría de los casos, poco valorada socialmente y, en ocasiones, hasta criminalizada. Los testimonios de quienes se dedican a esta labor lo confirman.
En entrevista, cinco defensoras y un defensor cuentan sobre su labor y los riesgos que conlleva. “Las mujeres defensoras de derechos humanos sufren un doble riesgo por la labor que realizan, este doble riesgo está caracterizado por nuestra condición de ser mujeres y por el trabajo de defensa de derechos humanos que realizamos”, señala Verónica Vidal, directora del Programa Libres de Violencia del Fondo Global para las Mujeres.
Así lo demuestran los datos de la Red Nacional de Defensoras de Derechos Humanos en México, que ha documentado un alza de la violencia contra las mujeres defensoras en el país: en 2019, los incidentes contra defensoras y periodistas fueron 812. Para el 2020 registró mil 528 agresiones. Este año, hasta octubre, han contabilizado 970.
Las más agredidas son las periodistas por su defensa del derecho a la información y la libertad de expresión. En segundo lugar están las que defienden el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia. Le siguen las defensoras del derecho a la verdad, justicia y reparación del daño y luego las que luchan por la tierra, el territorio y el medio ambiente.
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