Libros de ayer y hoy
Para nadie en México es nueva la versión de que el presidente mexicano hace todo para buscar la reelección.
En realidad la novedad es que tal versión cobrar carta de naturalización allende las fronteras, entre líderes del mundo y opinadores de estatura global, como el Nobel, Mario Vargas Llosa.
En efecto, en una reciente visita a nuesttro país el escritor peruano sostuvo que López Obrador busca la reelección y, sobre todo, hizo votos porque los mexicanos se lo impidan.
Así lo dijo: “Yo creo que se quiere reelegir como todos los presidentes, como prácticamente todos los presidentes quisieran ser reyes; Obrador se quiere reelegir, sin lugar a duda; y yo espero que los mexicanos se lo impidan”.
En respuesta, el mandatario mexicano mandó responder a su esposa, Beatriz Gutiérrez, quien así espetó al Nóbel de Literatura: “Hay que leer porque la falta de lectura reduce la (sic) cognitividad”.
De nuevo la ignorancia de la “no primera dama” en el uso básico de la lengua castellama.
Sin embargo, más allá de la (sic) “cognitividad”, lo cierto es que no existen razones para creer en la palabra presidencial, sobre todo cuando López insiste en que no busca la reelección.
¿Y por qué no creer en la palabra presidencial?
Porque López Obrador prometió que no tiraría el NAIM y lo primero que hizo –al tomar posesión–, fue destruir el mayor proyecto de infraestructura en décadas.
Porque Obrador prometió que “primero serían los pobres” y, hasta hoy no cumple esa potente promesa y los pobres son más que cuando llegó al poder.
Porque López prometió que sacaría de las calles a militares y marinos y hoy vivimos la peor militarización de la historia en gobierno civiles; los cuarteles están más vacíos que nunca.
Porque AMLO prometió bajar precios de gasolinas, Diésel, luz y gas y, en general, los combustibles son más caros que cuando AMLO llegó al poder.
Porque el meniroso presidente mexicano prometió acabar con la violencia y el crimen y hoy el número de muertos a causa de la violencia es el mayor en la historia; más de cien mil vidas perdidas en 33 meses de goierno.
Porque el tabasqueño prometió acabar con las masacres y hoy, a 33 meses de gestión, el número de masacres es el mayor de la historia.
Porque Obrador prometió que su gobierno estaba preparado para hacer frente a la pandemia y, al día de hoy, el número de muertos Covid-19 es de 300 mil; la mayor tragedia humanitaria en la historia.
Porque López prometió, prometió y prometió y no ha cumplido nada.
Por eso reiteramos la pregunta.
¿Por qué los mexicanos debíamos creer la promesa de que Obrador no buscará reelegirse, si ha engañado a los ciudadanos en todas sus promesas, sean ofertas de campaña o sean augurios presidenciales?
Pero más allá de los augurios de Vargas Losa, lo que muchos se niegan a ver –a pesar de las evidencias contundentes–, es que las señales de la reelección vienen de lejos, desde los tiempos de campaña de AMLO.
¿Lo dudan?
En el Itinerario Político del 9 de marzo de 2018, titulado: “¿No a la reelección?” –hace más casi cuatro años–, aquí dijimos que la promesa del candidato presidencial de Morena –de que no buscaría la reelección–, “es un mensaje que no va para sus seguidores sino para sus detractores, quienes lo ven como un potencial dictador y copia de los sátrapas que, con idéntico discurso, llegaron para quedarse; sea en Cuba, Nicaragua, Ecuador, Bolivia y, sobre todo, en Venezuela”. (Fin de la cita)
En efecto, hace casi cuatro años ya hablabamos de la dictadura de AMLO y de sus afanes reeleccionistas.
Volvimos al tema el 6 de febrero de 2019, ya con AMLO como presidente. Advertimos que el nuevo mandatario “seguía jugueteando” con la tentación de la reelección.
Así lo dijimos aquel 6 de febrero: “el pasado fin de semana, de gira por Veracruz, Obrador soltó la especie engañosa de que si bien no busca la reelección si piensa en una suerte de extensión de mandato…
“Y frente a la juguetona confirmación autoritaria de AMLO, muchos suponen –de manera ingenua y torpe–, que es temprano para hablar de reelección, sin entender que es precisamente el mejor momento y el fin último del aprendiz de dictador llamado Obrador. ¿Por qué es el mejor momento?
“Porque si hoy AMLO empieza a hablar de una potencial reelección o de la eventual ampliación del mandato, llegado el momento no serían muchos los sorprendidos sino que, al contrario, podrían ser muchos los convencidos.
“Por eso, desde hoy Obrador juega con la idea de que “su obra” no estará terminada en el plazo sexenal y que, por ello –“y para conseguir que madure el árbol sembrado en 2018” –, se requerirá de por lo menos una década de gobierno. (fin de la cita)
Regresamos al tema el 13 de septiembre de 2019, en el Itinerario Político titulado: “Confirma AMLO que busca la reelección”.
Así lo explicamos: “El presidente mexicano no sólo buscará repetir en el cargo a través de un supuesto capricho sino que tiene en mente dejar la posible reelección en manos de los ciudadanos.
“¿Qué quiere decir lo anterior? Vamos por partes.
“Si hacemos memoria recordaremos que, ante la insistencia de muchos mexicanos que ven en Obrador una inocultable tentación reeleccionsita, el presidente se aventó la puntada de firmar una carta-compromiso para no buscar la reelección.
“Eso ocurrió, como saben, la mañana del 19 de marzo, cuando el presidente exhibió una carta en la que se compromete a no reelegirse en la presidencial de 2024.
“¿Pero qué creen?
“Que periodistas traviesos quisieron saber cuál habia sido el destino de esa carta –firmada por el presidente- y para ello acudieron al Instituto de Transparencia. El resultad fue el esperado; nadie sabía dónde había parado tal carta con la firma presidencial. En pocas palabras, lo que ocurrió es que, literalmente, el documento fue tirado a la basura.
“Frente al ridículo de la carta compromiso que terminó extraviada, el presidente se vio obligado a una nueva firma, ahora ante notario público.
“Por eso, en la mañanera del jueves 25 de julio de 2019 el presidente encabezó un grosero montaje que concluyó con la farsa de la firma en la que supuestamente se compromete, por segunda ocasión, a no reelegirse.
“¿Y por qué resultó una farsa?
“Porque si López y “los hombres del presidente” entienden un poco la responsabilidad constitucional de todo mandatario y las obligaciones que le impone la Carta Magna, sabrían que es inútil la firma de un compromiso ante federatario público, de una obligación constitucional como la no reelección.
“Pero el asunto va más lejos si revisamos y analizamos lo que dijo López Obrador la mañana de aquel 25 de julio de 2019, antes de firmar el compromiso de no reelección, ante Notario Público.
“Repitió que no es un vulgar ambicioso pero, sin medir el tamaño de su declaración, soltó ante el asombro de todos, que le corresponderá “a la gente” decidir cuándo debe dejar el cargo. Dijo textual: “me voy cuando la gente quiera que me vaya”.
“Sí, la firma de la carta-compromiso resultó un grosero engaño.
“¿Por qué?
“Porque el presidente no puede salir con el cuento de que dejará el cargo cuando la gente lo pida. No, su mandato es de seis años, Obrador se va por que así lo dice la Constitución. Y punto”. (Fin de la cita)
Al finl, el 21 de abril del 2021, en el Itinerario Político titulado: “Si reeligen a Saldivar, reelegirán a Obrador”, volvimos a las preguntas elementales.
“¿Por qué los mexicanos debían creer la promesa de que López Obrador no buscará reelegirse, si ha engañado a los ciudadanos en todas sus promesas, sean ofertas de campaña o sean augurios presidenciales?
“Lo cierto es que “si tiene pico de ganso, plumas de ganso, es palmípedo y si grazna como ganso”, los mexicanos tenemos derecho a suponer que el dictador López Obrador busca la reelección.
“Y es que el gobernante que promete una, dos… y hasta cuatro veces que no buscará reelegirse, es el mismo dictador que hará todo por la reelección.
“Y si no fuera el caso, para qué repetir una, dos, tres y hasta cuatro veces que no busca la reelección”. (Fin de la cita)
En efecto, López Obrador y sus fanáticos pueden decir misa, podrán negar de manera reiterada que el dictador busca la reelección, pero lo cierto es que todas sus acciones, decisiones y hasta sus movimientos corporales apuntas a que su premisa es la reelección…
Si, López puede decir misa, pero cada vez está más cerca su reelección. Al tiempo.