Libros de ayer y hoy
El escándalo en torno al saqueo del dinero público y a la impunidad oficial –a favor de la profesora Delfina Gómez–, se ha convertido en epítome de la corrupción del gobierno de López Obrador.
Y es que el empoderamiento y la dispensa oficial que les regala el poder presidencial a las “recaudadoras”, confirman de manera puntual el entramado ilegal y corrupto que por años documentamos en este espacio, no sólo en la construcción del partido Morena, sino en la victoria de AMLO, en 2018.
En efecto, resulta que “recaudadoras” como Delfina Gómez, Rocío Nhale y Claudia Sheinbaum, entre otras, hoy no solo gozan de las mieles del primer nivel del poder público sino que, su jefe, el presidente, solapa por todos los medios la confirmación de sus raterías.
Y la excepción –que confirma la regla–, se llama Eva Cadena, acaso una de las más eficientes “recaudadoras” y quien, al final de cuentas, fue empujada a denunciar los saqueos que realizaba un grupo de mujeres del primer círculo de López Obrador.
Sí, eran las encargadas de establecer nexos entre grupos empresariales, carteles criminales y líderes regionales, para financiar la construcción de Morena el activismo de sus candidatos a puestos de elección popular.
Pero también es cierto que el verdadero “gran maestro” de las distintas fórmulas para saquear dinero público se llama López Obrador.
Basta recordar que, por ejemplo, en el Itinerario Político del 29 de octubre de 2008 –sí, hace 13 años–, se documentaron los intríngulis diseñados por del propio López para cobrar “moches”, a cambio de retirar sus recurrentes plantones, luego de los míticos éxodos desde Tabasco.
Y ese saqueo lo confirmó, en la tribuna del Senado de la República, el ahora desaparecido Manuel Camacho, entonces senador del PRD.
En esos años también dimos la primicia del robo que desde el GDF orquestó el entonces jefe de gobierno, Obrador, a los trabajadores del gobierno del Distrito Federal.
Se trataba de una “estafa maestra” que retenía entre 10 y 20 por ciento del salario de los empleados públicos; dinero que según los testigos era utilizado “para hacer política”.
Curiosamente una práctica idéntica a la que años después llevó a cabo la alcaldesa de Texcoco, Delfina Gómez; saqueo documentado aquí en 2015, cuando la humilde profesora se convirtió en aspirante, por Morena, al gobierno del Estado de México.
El modus operandi era el mismo; retener de manera unilateral e ilegal entre el 10 y el 20 por cierto del salario a los trabajadores municipales; dinero que sirvió para que Delfina financiara su candidatura a diputada local y luego aspirante al gobierno estatal.
Cuando revelamos aquella “transa”, tanto “morenistas” como “lopistas” negaron la versión, nos acusaron de mentir, pero, al final, la propia Delfina reconoció el saqueo en entrevista con la vocera oficial de AMLO; la señora Carmen Aristegui.
Hoy, sin embargo, cuando el INE y el Tribunal Electoral sancionan a la señora Delfina Gómez, actual secretaria de Educación, de nueva cuenta es solapada por López, ya convertido en presidente.
Y la respuesta que antaño formularon los “lopistas”, hogaño la repite el presidente; “no les creo, la atacan porque la ven como candidata”, dijo un perdonavidas Obrador en una reciente mañanera.
Y es que, en efecto, el premio a la “recaudadora”, Delfina Gómez, fue la titularidad de la SEP, de donde saltará, en poco tiempo, a la candidatura al gobierno del estado de México.
Dicho de otro modo; el premio al saqueo a las arcas públicas, a favor de Morena y de AMLO, es la impunidad.
Otra “recaudadora” premiada por AMLO se llama Rocío Nahle, quien incluso fue señalada por la también “recaudadora”, Eva Cadena, como la presunta responsable de lleva dinero proveniente del crimen organizado al partido Morena.
Y el premio a la señora Nahle, como también saben, fue la titularidad de la secretaría de Energía, en el gobierno de López Obrador.
Pero pocos recuerdan que la actual jefa de gobierno y potencial aspirante presidencial por Morena, Claudia Sheinbaum, fue una de las mayores “recaudadoras” de Obrador y, por eso, alcanzó el “premio mayor”.
Primero la jefatura de gobierno de CDMX y luego la precandidatura presidencial para la sucesión de AMLO.
¿Y cuál era el modus operandi de la señora Sheinbaum?
Primero debemos recordar que luego que aparecieron los videos de Pío López recibiendo dinero, la jefa de gobierno de la Ciudad de México aseguró, en conferencia de prensa, que ella también aportó donativos a la causa de AMLO.
Lo que no dijo es que, en realidad, desde el gobierno del DF, desvió miles de millones de pesos.
Y si lo dudan, vale recordar que el 14 de septiembre de 2017, el entonces diputado del PRD, Raúl Antonio Flores, calificó a Sheinbaum, en diversas entrevistas, “como recaudadora de altos vuelos”.
“Así lo dijo: “Ella tiene años ocupándose de recaudar y administrar los dineros para AMLO, por ello es pieza clave en el equipo de trabajo del líder nacional de Morena”.
Y hasta explicó la metodología: “En reuniones de empresarios vende promesas de que no habrá consecuencias en la concertación de contratos y movimientos de obras públicas.
“Por ejemplo, en los Segundos Pisos, ella se encargó de la diplomacia económica para obtener los recursos financieros que necesitó AMLO para sostener su campaña por la Presidencia. Y, a la fecha no hay transparencia en los movimientos y saldos de esta obra vial”.
En efecto, López Obrador no solo ha solapado todas las denuncias sobre corruptelas en los “segundos pisos”, sino que el presidente se apresuró a cooptar a quienes sabían de tales “transas”.
¿Cooptar a los potenciales denunciantes?
En efecto, en junio del 2020, López Obrador nombró como nuevo titular del Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado, al abogado Jaime Cárdenas Gracia, esposo de María de la Luz Mijangos, quien en medio de impugnaciones llegó a la Fiscalía Especializada del Combate a la Corrupción.
Pero lo que resulta de risa loca es que entre 2005 y 2006, la pareja de brillantes abogados difundió, entre columnistas de distintos diarios los expedientes que probaban el desvío de miles de millones de pesos de los Segundos Pisos, a la campaña de AMLO.
No pocos periodistas tienen en sus archivos dichos expedientes.
Hoy, con total impunidad, la señora Claudia Sheinbaum recorre el país en calidad de “precandidata presidencial preferida” –como la motejan en los círculos políticos de Morena–, mientras que la Ciudad de México está en el peor abandono de su historia.
Sí, la impunidad y el poder son los premios del presidente Obrador a sus brillantes “recaudadoras”.
Al tiempo.