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CIUDAD DE MÉXICO., 11 febrero de 2021.- La carencia de oxígeno medicinal en México se debe a una disrupción en la cadena de distribución, pues la infraestructura para su producción dependía de la oferta y la demanda; si bien ésta última creció, la infraestructura resulta insuficiente, explicó Carlos Rius Alonso, académico de la Facultad de Química.
El docente del Departamento de Química Orgánica especificó: de pronto aumentó la demanda y se requirió una gran cantidad de tanques que no se habían fabricado y, por otro lado, el proceso de llenado no es instantáneo. El oxígeno de uso médico e industrial, detalló, se obtiene del aire de la atmósfera, pero para conseguirlo y almacenarlo en tanques pasa por varios procesos, los cuales consisten en comprimirlo, filtrarlo y enfriarlo; en esta etapa se hace la separación entre el oxígeno y el nitrógeno.
La diferencia entre el oxígeno empleado para uso medicinal e industrial es que el primero debe estar prefiltrado, a fin de evitar bacterias y que esté libre de cualquier otro tipo de gas, pues en la atmósfera se pueden encontrar contaminantes como monóxido de carbono, dióxido de carbono, vapor de agua e hidrocarburos, manifestó.
En el uso industrial no hay riesgo de que el oxígeno tenga otros contaminantes, porque se utiliza en procesos de combustión; en cambio, en el medicinal se necesita 99.9 por ciento de pureza: “utilizar el oxígeno industrial con fines médicos quizá ayudaría a resolver el problema de manera momentánea, pero si su empleo es frecuente podría traer efectos secundarios como irritación pulmonar”, advirtió.
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