Libros de ayer y hoy
El presidente Andrés Manuel López Obrador dejará morir un complejo
turístico y residencial al sur de Sinaloa debido a que su prioridad es
un tren “Maya” en la Península de Yucatán.
El desarrollo turístico, ahora en el abandono, se conoce como “Playa
Espíritu” y fue impulsado durante 12 años por los presidentes Felipe
Calderón (PAN) y, Enrique Peña Nieto (PRI).
El mandatario panista compró el terreno al ex gobernador Antonio
Toledo Corro, del PRI, en poco más de 100 millones de dólares.
Situado en la zona turística del Mar de Cortes, el predio cuenta con
12 kilómetros de playa.
El proyecto calderonista contemplaba “campos de golf, una marina,
malecón y ramblas recreativas y comerciales, integrados a complejos
hoteleros, hoteles boutique y exclusivos spas”.
Enrique Peña Nieto (PRI) lo redujo a zona verde.
Andrés Manuel López Obrador de plano le puso fin.
“heredamos (del PAN y el PRI) ese terreno y no hay quien quiera comprarlo”.
Al parecer, el gobierno de México tiene listo un nuevo sorteo, similar
seguramente, al del avión presidencial.
Si se vende nos pagarían lo que costó; si se rifaran los 5 mil 500
lotes de playa obtendríamos al menos el dinero invertido, reveló el
presidente.
El gobierno de México ofrece facilidades para ese desarrollo, pero
ninguna empresa ha querido invertir.
Según se sabe, “ningún empresario ha mostrado interés” en participar
en el proyecto, distante 85 kilómetros del aeropuerto Internacional de
Mazatlán.
En una conferencia matutina Obrador habló de la eventual “transa” del
gobierno panista al comprar un terreno, a sobreprecio, para un
desarrollo turístico no viable.
El Jefe de las instituciones nacionales anticipó que el proyecto Playa
Espíritu tiene ahora dos opciones: subasta o venta.
¡Pásele, Pásele, Pásele: “5 mil lotes” …; “5 mil premios” …
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