Líneas Quadratín
El desencuentro habría comenzado cuando Santiago Nieto, al servicio de los gobiernos del PRI, descubrió que el director de Pemex, Emilio Lozoya, recibía dinero mal habido de la constructora brasileña Odebrecht a cambio de favores en la refinería de Tula, Hidalgo.
Hoy, que sirve a MORENA, retoma la acusación en medio de la mayor crisis de salud pública que se recuerde, pero también de cara a las elecciones federales de 2021 y a la Revocación de Mandato, en 2022.
Dicen los que saben que la lucha anticorrupción del presidente Andrés Manuel López Obrador entró a su punto más alto con el arribo de un testigo protegido; de un “testigo colaborador”, el cual responde al nombre de Emilio Lozoya.
Lozoya está acusado de asociación delictuosa, operaciones con recursos de procedencia ilícita y, cohecho.
Odebrecht, el desvío de recursos públicos conocido como “estafa maestra” y, la compra a sobre precio, de una productora de fertilizantes, están en la mira de Obrador.
El reporte de Santiago Nieto refiere que el ex director de PEMEX desvió 83 millones de pesos via universidades públicas y empresas factureras; que Odebrecht “le pagaba favores” y, en el caso de los nitrogenados, se realizaron transferencias “con recursos de procedencia ilícita”.
El titular de la Unidad de Investigación Financiera (UIF) cuenta con “otros datos” que, seguramente, habrá de dosificarlos, conforme pase el tiempo.
De acuerdo con Mexicanos contra la Corrupción e Impunidad (MCCI), en el banquillo de los acusados están, además de Emilio Lozoya, su esposa, hermana y mamá; Rosario Robles y, el presidente y secretario del Consejo de Administración de Altos Hornos de México (AHMSA).
Los Lozoya habrían comprado, en Ixtapa, una casita con playa privada, pero, además, la vivienda que habitan en las Lomas de Bezares (CDMX) por las que pagaron 64 millones de pesos.
Según se sabe, la madre de Lozoya fue arrestada en Alemania, acusada de lavado de dinero y dejada en libertad condicional.
El portal Animal Político descubrió que el gobierno de EPN contrató empresas fantasmas y desvió 3.4 mil millones de pesos.
El presidente Obrador advirtió la semana anterior que, si la investigación alcanzara a Enrique Peña Nieto, no detendría el proceso.
¿Se acuerda de cuando “¿La Quina” retó a Carlos Salinas de Gortari, y de Raúl, el “hermano incómodo”, del ex presidente?
¿Recuerda a la lideresa Elba Esther Gordillo, acusada de malversar 200 millones de dólares propiedad del SNTE?
¿Qué me dice de los ex gobernadores Tomás Yarrington, Fidel Herrera Beltrán, Andrés Granier Melo, Humberto Moreira, Javier Duarte y Cesar Duarte, presos, según el caso, por corrupción, malversación de fondos, evasión de impuestos, lavado de dinero o por su cercanía con los cárteles de las drogas?
Esos y otros políticos han hecho historia: René Bejarano, a quien se le vio recibiendo fajos de billetes del empresario argentino Carlos Ahumada para las campañas del agonizante partido PRD.
Al parecer, Irma Eréndira Sandoval, encargada de combatir la corrupción en el gobierno de MORENA y, su esposo, John M. Ackerman se adueñaron de casas valuadas en millones de pesos.
El “testigo protegido” se encuentra en un hospital privado, al sur de la ciudad de México y no en el penal, como se había anunciado.
¿Acusará ahora a sus jefes: ¿Luis Videgaray, ¿Pedro Joaquín Coldwell y, Enrique Peña Nieto?
Si la justicia lo encuentra culpable ¿purgará su condena en un penal de alta seguridad o, mejor dicho, en la casita de Ixtapa?
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