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QUERÉTARO, Qro., 16 de mayo de 2019.- El joven amenazaba con quitarse la vida arrojándose desde el puente de Montenegro, en la carretera Querétaro-San Luis Potosí, pero la intervención de María Guadalupe Acosta Jaime, policía adscrita a la Dirección de Atención a Víctimas de Violencia Familiar y de Género evitó que el hombre se suicidara, el pasado fin de semana.
María Guadalupe, elemento de la Guardia Municipal queretana desde hace 11 años, recuerda que el pasado domingo 12 de mayo se recibió una llamada alertando de una persona que amagaba con arrojarse de un puente.
El golpe de adrenalina, dice, vino cuando ella y su encargado de turno, Braulio Juárez Salinas, llegaron al sitio y vieron al joven en el puente, dispuesto a terminar con su existencia.
“Llegamos al lugar, y desde que íbamos en los carriles centrales lo vimos. Íbamos mi encargado de turno y yo. Él cerró los carriles centrales y yo me bajé a distraer al joven”, narra María.
El momento era tenso. María Guadalupe comenzó a platicar con el hombre, para atraer su atención y buscar el momento adecuado para asegurarlo y evitar una tragedia. Le preguntó en varias ocasiones su nombre para que la viera, pero en un momento la mirada del joven se volvió a centrar en la carretera debajo de él.
En un momento pudo colocarse atrás de él y en una distracción lo sujetó y puso en una zona segura.
“Lo abrazamos y en ese momento no nos decía nada. Le preguntaba cómo se llamaba, en dónde vivía, y sólo me dijo que vivía en Montenegro. Lo que hicimos fue bajarlo, para estar en un lugar seguro. Me senté con él y empecé a dialogar”, apunta María Guadalupe, quien narra los hechos mientras entrelaza los dedos de las manos.
Dice que mientras platicaba con el joven ni sintió temor a un desenlace trágico, se sentía confiada por la tranquilidad que mostraba el hombre, quien le confesó que problemas familiares y económicos lo orillaban a querer terminar con su existencia.
María Guadalupe subraya que no es la primera vez que interviene para evitar un suicidio. Con anterioridad ya lo había hecho en una ocasión.
Añade que al joven le ofreció acompañamiento psicológico por parte de profesionales, a lo que accedió, por lo que ahora busca una institución que lo pueda recibir.
Dice que tras conocerse su acción recibió felicitaciones de su hija, de 22 años; su hermana y sus compañeros que se mostraron orgullosos de su labor, reconociendo su trabajo, con el que salvó una vida.