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CIUDAD DE MÉXICO, 3 de septiembre de 2018.- Desde 2012, el Gobierno de la República se empeñó en erradicar un sistema discrecional, injusto e ineficiente que no reconocía ni retribuía debidamente el esfuerzo de los maestros.
En el apartado de México con Educación de Calidad, el presidente Enrique Peña Nieto recordó que al inicio de su gobierno el país enfrentaba rezagos en la gobernanza y la equidad del sistema educativo nacional, pues el clientelismo había sustituido al mérito.
Al rendir su Sexto Informe de Gobierno, el titular del Ejecutivo defendió la necesidad imperativa de promover el talento de los docentes, modernizar los planes y programas de acuerdo con los retos del siglo 21 y mejorar los planteles educativos.
Para lograr esto, se emprendió la mayor inversión en la materia que México haya realizado en su historia, al superar lo invertido en los dos sexenios juntos.
Lo anterior, dio paso a la Reforma Educativa que recuperó la rectoría del Estado en la materia, y dejar de ser rehén de intereses particulares e ilegítimos.
Desde el Palacio Nacional, el Primer Mandatario señaló que su gobierno ha invertido mejor los recursos públicos destinados a la educación. Cifras oficiales destacan la recuperación de 44 mil plazas docentes, cuyo uso irregular implicaba un costo anual de cinco mil millones de pesos.
“Hoy esas plazas las ocupan maestros frente a grupos”, expresó al defender la reforma constitucional en materia educativa.
Agregó que la centralización del proceso de pago de la nómina magisterial federalizado puso fin a la doble negociación salarial que elevaba sin justificación el costo educativo para los gobiernos estatales. “La ruta que elegimos fue poner a las niñas y los niños en el centro de la educación”, dijo en una decisión que reconoció no fue fácil, y cuya implementación de las nuevas políticas lo fue aun menos.
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