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WASHINGTON, E U., 15 de febrero de 2018.- El Senado rechazó el jueves dos propuestas migratorias, una presentada por un grupo bipartidista de senadores, y otra más restrictiva que presentó el presidente Donald Trump, lo que deja entrever que el debate sobre el polémico tema, en año electoral, tendrá un resultado familiar: Un estancamiento.
Ante una amenaza de veto de la Casa Blanca y la oposición de los líderes republicanos en el Senado, la cámara rechazó una propuesta bipartidista que habría ayudado a 1,8 de “dreamers” a naturalizarse. También habría destinado 25.000 millones de dólares para el ansiado muro fronterizo de Trump y para otras medidas de seguridad fronteriza, pero no contaba con todo lo que Trump quería para reducir la inmigración legal, publica la Agencia AP
La propuesta recibió 54 votos a favor, seis menos de los 60 necesarios para su aprobación. Tuvo 45 en contra. Eso hundió lo que parecía la opción más viable de que el Senado aprobara este año una legislación migratoria integral.
Al plan de Trump le fue incluso peor luego de que 60 senadores votaron en contra y solo tuvo 39 sufragios a favor, quedándose a 21 votos de los necesarios. El vergonzoso resultado del mandatario destaca la postura de los republicanos, que están preocupados por los daños que se puedan presentar durante el año electoral en estados disputados que tienen un alto número de votantes hispanos.
El liderazgo demócrata tenía una débil esperanza de que la medida bipartidista prevaleciera, o al menos obligara a Trump a extender las negociaciones. Pero el mandatario no se mostró dispuesto a ceder en sus demandas de una propuesta más estricta.
Previamente el jueves, la Casa Blanca emitió un comunicado por escrito en el que describió a la propuesta bipartidista como una “política peligrosa que perjudicará al país”. Resaltó una cláusula que instruía al gobierno a priorizar el ejercicio de la ley en contra de los inmigrantes que lleguen ilegalmente a partir de julio. Trump y los líderes republicanos indicaron que el mandatario ya había mostrado flexibilidad al ofrecer una vía s para que los dreamers se naturalicen en un plazo de 10 a 12 años, una exigencia clave de los demócratas y de algunos republicanos.