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Me repatrian o habrá colapso en la relación México-EU: El Mayo Zambada
HUSTON, TX, 5 de septiembre 2017.- Cuando la tormenta Harvey mató a Andrew Pasek, ya no llovía. Era el martes 29. El viento y la lluvia habían pasado, pero para algunos barrios del oeste de Houston quedaba lo peor. Las autoridades empezaron a soltar agua de las presas Addicks y Barker en la madrugada del lunes para evitar que se rompieran. Fue entonces cuando esas familias tuvieron que evacuar. La hermana de Andrew, Alyssa, había salido de la casa después de subir todos los muebles de valor al segundo piso, en previsión de la inundación artificial. Se llevó dos perros y todo lo que pudieron cargar en dos coches a casa de unos amigos. “Pero no tenían transporte para gatos”, explica Jodell Pasek. “La dejaron en el segundo piso con agua y comida”. Al día siguiente, “como era scout y amante de los animales, Andrew reclutó a su amigo Sean para que le acompañara a rescatar a la gata”, contaba este lunes Jodell Pasek, su madre, con enorme entereza. Informa El País.
«Fueron a pie, sin equipo. Supongo que cuando llegaron se dieron cuenta de que era muy profundo. Así que iban caminando por los jardines de las casas, donde había menos agua. Llegaron a mitad de camino y había un farol de jardín, con la luz dada. Según lo que nos ha contado Sean, Andrew iba caminando delante y sintió la corriente. Hace años se había roto el tobillo y tenía una placa y clavos. La electricidad fue a su tobillo. Empezó a dar saltos. Perdió el equilibrio y cayó junto a la farola. Cuando Sean fue a ayudarle, Andrew le dijo: ‘No me toques, me estoy muriendo”. Así cuenta Jodell Pasek la muerte de su hijo de 25 años.
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