Libros de ayer y hoy
Por Pablo Hiriart
Crisis de humanismo. ¿Viene un Mesías?
El país vive una brutal crisis de humanismo y ante ello se nos presenta un candidato presidencial, puntero en las encuestas, que se cree Dios.
Así no hay salida sensata a la descomposición de la sociedad.
Lo de López Obrador con Lino Korrodi rebasó toda frontera de racionalidad, al perdonarle “los errores” sólo por acercarse a él.
Textualmente López Obrador dijo el domingo que “todos los seres humanos merecemos una nueva oportunidad. No es posible que el que cometa un error esté condenado a la marginación, esté estigmatizado de por vida. Creo que se vale rectificar en la vida y hay que aceptar a todos los hombres y mujeres de buena voluntad”
De acuerdo, pero el punto es que a Lino Korrodi le perdona los errores por el único hecho de acercarse a él (y que me perdone si escribo él con minúscula).
¿Una segunda oportunidad en la vida por acercarse a López Obrador?
Los que vienen a mí serán redimidos de sus pecados y se enfrentarán a los que están en contra mía a partir de septiembre.
¿Qué locura es esa?
AMLO dio de plazo hasta el cinco de septiembre para que todos sus opositores se puedan purificar y acercarse a él, o de lo contrario vivirán el oprobio de ser enemigos suyos.
Ese candidato que se asume como Dios es el favorito en las encuestas, puede ganar la Presidencia, y estaremos en el mayor riesgo de una polarización extrema por su vocación mesiánica.
No es un ardid retórico para acusarlo de iluminado, sino simplemente reproducir sus palabras y enseñar que López Obrador definitivamente se cree Dios y actúa como tal.
Lino Korrodi, te acercaste a mí, tus errores están perdonados y tendrás una segunda oportunidad en la vida. Lo dijo. Textual.
¿Tan grande es la desesperación por buscar un cambio que un respetable sector del país está por la elección de un Mesías como Presidente?
Parece que sí y hay que preguntarnos por qué.
Desde luego que necesitamos un cambio radical en muchos temas sensibles de nuestro comportamiento social porque hemos llegado a extremos dantescos.
La forma en que fueron asesinados 28 reos en el penal de Acapulco nos habla de la podredumbre en la que hemos caído como sociedad. No se diferencia mucho de la manera en que mata ISIS.
De acuerdo con versiones periodísticas confiables, una pandilla criminal (Cartel Independiente de Acapulco) coludida con custodios mutiló a las víctimas a machetazos, vivos, y los sacrificaron en una ceremonia de la Iglesia de la Santa Muerte.
No es sólo Guerrero, sino que en buena parte del país se mata con una saña cada vez más cruenta.
Son centenares de fosas encontradas con cráneos destrozados en Morelos, Chihuahua, Tamaulipas y otras entidades. Los cadáveres se cuentan por miles.
Lo que estamos viviendo es una crisis de humanismo, reveladora de que algo hemos hecho muy mal, sociedad y gobierno.
El sistema educativo hizo crisis en los últimos lustros y no se reformó a tiempo para producir ciudadanos con valores mínimos de respeto al ser humano y capacidad de convivencia.
La prioridad fue que pasaran de año aunque no tuvieran conocimientos ni herramientas para desenvolverse en la vida… y la posibilidad de ascenso económico y social es violar la ley.
Sí, vivimos una grave crisis de humanismo, pero eso se ataca con líderes inteligentes y preparados que convoquen a una renovación casi total de nuestras prácticas sociales y políticas, no con un político de arrabal que se cree Dios.