Los límites de la complacencia
Por: Pablo Hiriart
MÉXICO, 1 de febrero del 2017.- Va arriba en las encuestas, es el puntero, pero no ha ganado.
Un mentiroso compulsivo como López Obrador está destinado a tropezar con el sentido común de los ciudadanos. No va a ganar, salvo que el PRI y el PAN le hagan el trabajo.
A AMLO hay que frenarlo en el Estado de México, donde el candidato será él bajo el nombre de Delfina Gómez.
De lo contrario, sí puede consumarse la caída de México bajo la ola populista que devasta democracias ejemplares como la de Estados Unidos.
En 2005 tenía más de 20 puntos porcentuales de ventaja sobre el rival que le pusieran, y acabó perdiendo por medio punto en el derrumbe más dramático de unas elecciones presidenciales en México.
Hoy El Financiero presenta su encuesta sobre intención de voto y Andrés Manuel López Obrador tiene 33 por ciento contra 27 de Margarita Zavala y 20 de Osorio Chong. Mancera tiene un nada despreciable 10 por ciento, lo mismo que El Bronco.
Tiene todo a su favor, pero no ha ganado.
Los medios no lo tocan con la mirada crítica que amerita un posible Presidente, de acuerdo con el estudio realizado por Eficiencia Informativa y publicado en estas páginas.
La cobertura informativa (no los artículos de opinión personal, como esta columna, que sólo representan el punto de vista del autor), que refleja la posición de los medios de comunicación mexicanos, es cien por ciento favorable a AMLO pues no hay una sola nota negativa sobre él.
Para los demás mencionados sí hay coberturas críticas, a ocho columnas incluso, pero a AMLO no lo tocan porque lo ven ganador. Y a él sí le tienen miedo, porque todos saben que no es un demócrata.
Falta más de un año para las elecciones y López Obrador se va a tropezar con ese tremendo enemigo suyo llamado igual que él, López Obrador. Sólo hay que ponerle el espejo enfrente.
Lo consume el delirio persecutorio de complots y conjuras que supuestamente se maquinan en su contra y en perjuicio del país.
Anteayer dijo que Peña Nieto y Donald Trump habían “pactado en lo obscurito” la construcción del muro en la frontera de México y Estados Unidos.
¿De veras alguien que esté en sus cabales cree que Peña Nieto –con todos los defectos que tenga o se le quieran agregar- maquine “en lo oscurito”, con Donald Trump, la construcción de un muro contra México?
Y ayer, todavía afectado por las fiebres de conjuras palaciegas, dijo que Peña Nieto y el PAN acordaron entregarle el Estado de México a Josefina Vázquez Mota. Otra locura.
Dirá más, y hará otras que le recuerden al electorado su talante imprevisible, de arrebatos coléricos que en acciones de gobierno se traducen en ocurrencias temperamentales como estatizar la banca, dar golpe a medios de comunicación (Excélsior) o mandar a tomar las tierras productivas de los valles del Mayo y del Yaqui.
O a llamar a plebiscitos a mano alzada para quedarse en el poder.