Libros de ayer y hoy
Por: Pablo Hiriart
MÉXICO, 30 de enero del 2017.- El PRI no tiene plan B en el Estado de México, o gana o se acaba.
Perder el Estado de México es, para el PRI, peor que perder la Presidencia.
Si pierde la Presidencia el próximo año la puede recobrar dentro uno o dos sexenios. Así es la democracia.
El priismo se refugiaría en el Estado de México y con un buen gobierno podría recuperar terreno, como lo hizo luego de las derrotas en 2000 y 2006.
Pero perder el Estado de México implicaría una debacle terminal porque es su bastión más importante. E iniciaría la desbandada de cuadros y simpatizantes priistas hacia Morena.
Ahí está la razón por la cual el PRI llevó como candidato a Alfredo del Mazo: es su carta más fuerte. No necesariamente la mejor, pues había otros aspirantes con méritos y virtudes, como Ana Lilia Herrera y Carlos Iriarte.
Sin embargo Del Mazo es de lejos el candidato más fuerte, por lo que pertenece a una estirpe fundida con el PRI y por su cercanía familiar con el Presidente Peña.
Ganar o morir, es la disyuntiva del PRI en el Estado de México, y para dar esa batalla eligió a un gladiador que representa lo bueno y lo malo de ese partido.
Va a tener que remar contra la corriente el joven Del Mazo, porque en su estado el PRI no ha hecho un buen gobierno.
Por las razones que sea, el hecho es que en el Estado de México la delincuencia se ha apoderado de las zonas más pobladas de la entidad.
La inseguridad es el talón de Aquiles del gobierno de Eruviel Ávila y pega con fuerza a los sectores populares, ahí donde está el manantial de votos para el PRI.
Resulta inconcebible que no hayan podido echar a andar un plan de contingencia para disminuir la delincuencia y la percepción de inseguridad. No pudieron con el paquete.
Escándalos de corrupción no se le conocen al gobernador Ávila, lo que juega en favor de su imagen, que no es mala entre sus gobernados.
Pero si en alguna entidad pesa el contexto nacional, ése es el Estado de México.
Y el ánimo social es de enojo con el gobierno y el PRI.
¿Podrá Del Mazo revertir la adversidad en el poco tiempo que media desde ahora a las elecciones de junio?
Con una campaña, desde luego que no. Tendría que haber una acción seria del gobierno estatal para mejorar la seguridad, y que el gobierno federal lograra un cambio en su imagen en breve tiempo.
El gasolinazo de inicio de febrero podría matar al PRI en el Edomex.
Y volvería a meter al hoyo al gobierno federal que ahora tiene un repunte por la unidad nacional generada por los embates del energúmeno del norte.
Más les vale que hagan un esfuerzo para evitar ese incremento, porque el país no lo aguanta y mucho menos su partido.
No sería el fin del PRI perder la presidencia (ante un candidato democrático), porque la puede recuperar.
En Chile el puntero de los candidatos presidenciales es Sebastián Piñera, que hace unos años dejó La Moneda con la peor aceptación popular que haya tenido un Presidente de ese país.
Así es la democracia, y así es el comportamiento de los electores.
Pero perder el Estado de México, previo a la elección presidencial, sería para el PRI una derrota que no podría asimilar y la desbandada hacia Morena comenzaría la noche del cuatro de junio.