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MÉXICO, 7 de diciembre del 2016.- Los defectos cardiacos son las alteraciones congénitas de mayor frecuencia, con una incidencia aproximada de cuatro a doce casos por cada mil recién nacidos vivos y las consecuencias que hay debido a esta malformación son dificultades para respirar, alimentarse y crecer. El Centro Nacional de Excelencia Tecnológica en Salud (Cenetec) documenta —sin cifras oficiales— que en México hay alrededor de 300 mil adolescentes y adultos con algún tipo de cardiopatía congénita, informó Sin Embargo.
Explicó que por medio de un congreso de pediatría, se tuvo conocimiento de este método de tamiz de cardiopatías congénitas y desde el año 2014 se ha aplicado en Estados Unidos de manera obligatoria en todos los hospitales del país, permitiendo detectar alteraciones estructurales en el corazón de los recién nacidos.
El primero de los pasos que se consideran en este tamizaje es analizar la saturación de oxígeno en la sangre de los bebés a través de una oximetría de pulso, este proceso se realiza por medio de un oxímetro o sensor que no es invasivo, que es colocado en la mano derecha o en cualquiera de los dos pies y “permite conocer si existe alguna anomalía que nos haga sospechar si hay alguna alteración estructural en el corazón en las primeras 24 o 48 horas posteriores al nacimiento”, mencionó el especialista.
Después de este proceso, se lleva al bebé a la realización de un ecocardiograma con el objetivo de tener imágenes del corazón del neonato para comprobar o eliminar las sospechas de la alteración estructural en cuestión y conocer si es necesaria una cirugía o puede tratarse el problema solo con fármacos.
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