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PARIS, 5 de diciembre del 2016.- Quería la reacción de una chica, no de una actriz”. Así pretendía justificar el director Bernardo Bertolucci que tanto él como Marlon Brando, protagonista de El último tango en París, engañaran a la actriz Maria Schneider para rodar la famosa escena de una violación. Ambos pactaron no contarle lo que sucedería después, informó Sin Embargo.
“No quería que Maria fingiese la humillación, quería que la sintiera. Los gritos, el ‘¡no, no!’. Después me odiaría toda su vida”, confesaba el italiano en una entrevista de 2013 en la Cinemateca francesa que estos días, con motivo del Día Internacional contra la violencia machista, ha sido recuperada y ha llenado de indignación. “Culpable, pero no arrepentido”, dice sentirse Bertolucci por aquella escena. “Me porté de una manera horrible con ella”, reconoce. También añade que le escondieron el detalle de la mantequilla usada como lubricante.
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