Itinerario Político
QUERÉTARO, Qro. a 15 de agosto de 2016.- Después de una gira de siete semanas por Europa, primero acompañando al guitarrista Pat Metheny y luego con su banda The Migration, el baterista Antonio Sánchez estará el 18 de agosto en Querétaro. Y aprovechará el viaje a México para asistir a la obra de teatro Un Picasso, donde actúa su abuelo, el primer actor Ignacio López Tarso.
Desde Nueva York, el creador de la banda sonora de la película Birdman,obra que le permitió ganar recientemente el Grammy, platica a EL UNIVERSAL Querétaro que a finales de noviembre regresará para ir a Puebla, Cuernavaca, Ciudad de México, Torreón y Guadalajara.
“México es uno de mis lugares favoritos, si no, mi lugar favorito para tocar, porque el público es tan cálido, y ahora como me conocen un poco más es muy bonito ir, cuando ya tienes un poquito más de nombre la gente va porque te quiere ir a escuchar a ti”, dice.
COMO UN NIÑO EN DULCERÍA
A las 13:00 p.m., hora de Nueva York, comienza la video llamada con el músico mexicano. Está en casa y cuenta que ahí, en el sótano de su casa, creó su estudio, se siente como niño en dulcería, experimentando con total libertad, maquetando lo que será su disco como solista.
Su última producción, The Median Suite, se escuchará el jueves 18 de agosto en el Festival Internacional de Jazz de Verano Querétaro 2016, a las 20:30 de la noche, en Plaza de Armas. Será su primer concierto en esta ciudad. La suite tiene una influencia de Birdman, película dirigida por Alejandro González Iñárritu y ganadora del Oscar a Mejor Película 2015. Antonio define como una novela musical a The Median Suite, un viaje que para disfrutar sólo hace falta prestar los oídos y la mente.
¿La música cuenta historias, cómo lo relacionas con la literatura o el cine?
The Median Suite es mi intento de escribir una novela musical, en lugar de cuentos cortos, lo que sería el equivalente a canciones. Como es una novela no podemos empezar a tocarla a la mitad, ni parar a la mitad, porque entonces no entiendes la historia completa. No importa si estamos tocando una pieza de cinco minutos o una pieza de 80 minutos. Durante ese tiempo tenemos que contar nuestra historia y nuestro deber como grupo, como artistas, es contar la historia de la mejor manera posible para que el público la entienda. Y me gusta mucho tener voz en mi música, en este caso es especial porque es mi esposa, Thana Alexa, cantante maravillosa. La voz añade una dimensión que a la gente le atrae.
¿Qué influye hoy para que la gente escuche jazz?
El jazz es una de las músicas más marginalizadas ahora. Es un círculo vicioso, los músicos no aportan la suficiente cantidad de entretenimiento dentro de un show. Cuando nosotros tocamos, siempre quiero que sea un evento, que la gente salga diciendo: ¡Qué grueso estuvo eso! Creo que al jazz le falta un poquito de show. La educación musical en México no es algo que le dan mucha importancia, siempre es cuesta arriba, pero me parece que México está pasando por un buen momento, hay bastantes más festivales y eso está fomentando que la gente por lo menos esté al tanto de que existe el jazz.
¿Qué necesita la educación musical en México?
En la primaria tenía una maestra buenísima de música, era muy estricta, a mí me encantaba porque me gustaba que exigieran de mí en ese sentido. Pero hubo niños que se quejaban: ¡Ay, es que me gritó la maestra Blanca! La quitaron y metieron a un papanatas con una guitarrita, a cantar canciones de Mocedades. Eso fue para mí un horror. Le falta seriedad a la educación musical. Yo tenía cinco años cuando empecé a tocar la batería y sabía que quería hacer eso, pero un niño que no tiene esa suerte de saber qué es lo que quiere, a tan temprana edad, la falta de buena educación musical hace que no sepas que esa es una posibilidad también. Mi familia es muy artística, mi abuelo es Ignacio López Tarso, pero hay muchas familias en que un niño quiere estudiar música, y el papá es doctor y dice: No hijo, estudia medicina y luego te dedicas a la música. La gente no entiende que para dedicarse a la música tienes que estar metido 200%, no lo puedes dedicar medio tiempo y luego esperar a tener éxito. Si a mí me hubieran puesto a estudiar administración y a la par música, no estaría donde estoy ahorita. Esas cosas aunadas hacen que la educación en México y el jazz, que es la parte musical que está más debajo de todas las artes, sea desalentador, pero creo que hay un resurgimiento del jazz, por ejemplo, Birdman le dio mucho impulso a la batería.
Recién te reconocieron con el Grammy por la música de Birdman. ¿Tienes todavía contacto con González Iñárritu?
Sí, nos mandamos mails de vez en cuando. Él con The Revenant estuvo ocupadísimo. Ahora, obviamente, no quiere saber nada de nadie, entonces está metido en algún lugar… No sé dónde. Está tomándose una muy merecida vacación.
¿Influyó Birdman en tu proceso creativo?
Claro, el plano secuencia es lo que hice yo después, con este disco de la Suite de los Meridianos es como una toma desde principio a fin.
¿Próxima producción? ¿En qué trabajas?
Estoy trabajando en un disco solista donde estoy trabajando todos los instrumentos, primero lo que hago es batería y después a esas improvisaciones les empiezo a meter cosas encima de producción: bajo, teclados, atmósferas, pero todo viene de la improvisación de la batería. Es un disco bastante peculiar, es un proceso creativo que nunca había hecho, pero ahora como nos compramos una casa aquí en Nueva York, construí un estudio en el sótano donde puedo grabar, todo lo estoy haciendo aquí en la casa. Tener esa libertad de experimentar con ese tipo de cosas para mí es algo muy nuevo y estoy como un niño en una tienda de dulces, feliz de las cosas que puedo hacer aquí. Luego voy a hacer un disco de Big Band en diciembre, con una orquesta buenísima de Alemania, y el año que entra voy a hacer otro disco con Migration, mi grupo.
¿Vas a seguir por la misma línea de la narrativa musical?
No estoy muy seguro, estoy haciendo maquetas y estoy viendo cómo las empiezo a unir porque sí me gusta la continuidad que tuvo la Suite. Estas son piezas aisladas pero me gustaría unir por lo menos varias de ellas de alguna forma. Ya lo escucharán, yo creo que va a salir en febrero del 2017.
SOY PRUEBA VIVIENTE DE QUE SE PUEDE
Tienes charla el 17 de agosto, en el Teatro de la Ciudad de Querétaro. ¿Cuál es el mensaje que traes ahora que eres reconocido como uno de los iconos del jazz?
Siempre que hago cosas en México traigo el mensaje de que muchas veces como latinoamericanos tenemos complejo de inferioridad, de que no se puede, es muy difícil, y sí, es muy difícil y yo soy testigo de que lo es, pero también soy prueba viviente de que sí se puede. Y no necesariamente tienen que irse de México, dejar su país y familia, para hacer cosas interesantes. Traten de hacer las cosas lo mejor posible y tengan buena actitud a la hora de hacer música. No porque estén tocando en un barecito y nadie los esté pelando tengan mala actitud. Además, uno nunca sabe quién está en el público, así que tienes que tocar cada vez como si tu músico favorito estuviera en el público escuchando.
¿Quién es tu músico favorito?
No tengo porque me gustan tantos tipos de música diferentes que es muy difícil condensarlo en una persona, pero Sting siempre ha sido un músico que he admirado mucho, Pat Metheny por supuesto, Chick Corea, Keith Jarrett, Herbie Hancok, Wayne Shorter. Me encanta el rock, pop, escucho mucho de todo. Soy un poquito esotérico en ese sentido, no me gusta clavarme en una sola cosa.
¿Tienes programada alguna otra presentación en México?
Regresamos a México la última semana de noviembre, vamos a Cuernavaca, Puebla, Ciudad de México, Torreón y Guadalajara. En este viaje voy a ver a mi familia que hace un ratote que no los veo y a ver sobre todo a mi abuelo que ha estado bastante enfermo, estuvo en el hospital y ahora ya está actuando otra vez, es increíble, voy a su obra Un Picasso.