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QUERÉTARO, Qro., 13 de junio de 2016.-En Torreón al final de la Semana Santa, el Sábado de Gloria del 26 de marzo, Edgar Rojas Contreras descubrió con la ayuda de su hermano menor la imagen de la Virgen de Guadalupe que había comprado dos años atrás (esa semana se suelen tapar las imágenes religiosas según la tradición).
Según Vanguardia, era el mediodía cuando Edgar miró pequeñas gotas aceitosas recorrer la mejilla derecha de la figura de yeso; observó el cachete irritado y los ojos movidos. No creía lo que veía. “No puede ser”, se decía para sí mismo Edgar de 19 años. Se sentó y empezó a temblar.
La gente presente comenzó a hablar, se escucharon bocas soltar un “es un milagro”. “Está llorando”. Claudia, la mamá de Edgar, trató de acomodarle los ojos a la figura. Cuentan se le habían cerrado. Después se sentó agitada, a preguntarse qué ocurría. Las lágrimas irradiaron magnetismo. Pronto llegó gente de las calles de la colonia Moderna. “Yo la vi llorar el primer día».
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