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Dicen que deben trabajar en su vocación y superar casos como la soledad
QUERÉTARO, Qro., 23 de marzo 2016.- Faustino Armendáriz Jimenez, Obispo de la Diócesis de Querétaro, exhortó a los sacerdotes a ser más cercanos a los fieles, además de superar sus miedos y restricciones para alcanzar la gloria de Dios y con ello poder conducir a los católicos por el camino que enseñó Jesucristo.
«Envueltos por el espíritu del año de la misericordia reconozco la necesidad de los sacerdotes para unirse a la misericordia de Cristo y sanarse de las historias pasadas, familiar y ministerial, ya que ser sacerdotes no nos aleja de los hombres, Dios nos ha llamado a salvar a los hombres y mujeres, pero no desde las alturas, la debilidad es el contexto de posibilidad para la Epifanía del señor que aparece como un poder que nos hace seguir siendo fieles, la experiencia de la debilidad nos Integra más a las enseñanzas de Dios».
De acuerdo con el obispo los sacerdotes están llamados a descubrir lo que significa su vocación, por ello están obligados a presenciar sus heridas como lo hace el señor, ya que estas son la fuente de reconocimiento de los hierros que puedes hacer volver la mirada a Jesús.
«Estas heridas se pueden ver cómo una identidad amenazada socialmente, ya que la personas se debe integrar a toda la vocación sacerdotal y esta es un proceso dinámico en que se mueve la persona, y una de las mayores dificultades es la incorporación al propio yo».
Asimismo aseguró que la pérdida de la interioridad, ha sido un punto básico para encontrar la madurez espiritual, ya que el equilibro debe ser el ideal de los sacerdotes en su vocación, sin embargo el camino para lograrlo es complicado por la modernidad que se vive, ya que genera insatisfacción en sus tareas diarias y para evitar esto se debe regresar a la caridad pastoral.
«La soledad es otro punto a trabajar, ya que vivimos en una sociedad donde la soledad se convierte en una herida dolorosa, asistimos con frecuencia al afán por escapar de la soledad y buscamos evadir la confrontación, pero el reconocer la soledad es necesario para poder comprender nuestra existencia».