Libros de ayer y hoy
Siempre nos contamos historias
En los libros de historia se narran infinidad de hechos que suceden a través del tiempo. Hechos comprobables, evidenciables desde la perspectiva de los que la escriben y el conjunto de todas ellas, crea con el paso de los años, de las decádas y de los siglos un comprotamiento social de un país determinado, de una comunidad determinada, de una familia determinada, de una persona en particular.
Y así circulamos por la vida, cargando todo ese montón de historias que se han ido acumulando, aceptando y creyendo que sólo eso es lo que somos.Se vuelve tan pesado el equipaje que comienzas a arrastrar los pies no logrando avanzar tanto como te gustaría, te sientes cansado, sin energía y surgen los dolores en tu cuerpo y entonces, llegas a la conclusión que te estás volviendo viejo, que los años causan estragos y crees que ese es el motivo por el cual has perdido el paso acelerado que te caracterizaba algunos años atrás.Empieza a cambiar tu postura porque el peso no permite ya mantenerte tan erguido, tu semblante refleja ése estado de agotamiento acumulado, sin embargo te resistes, descansas y cuando lo haces recargas batería para seguir avanzando,lo cual, te brinda una nueva esperanza y es ahí, en uno de ésos momentos de descanso donde te detuviste, que llega a ti la avalancha de preguntas: ¿qué pasa? , ¿porqué sigo llenando la maleta cuando está apunto de reventar?, ¿porqué está tan pesada? ¿será necesario cargar con ella?, ¿cuántas de ésas historias son verdaderas?, ¿cuántas me he contado y que no son más que producto de mis miedos, de mis suposiciones y las he convertido en mías?, ¿cómo influyen en mi vida?
Te comparto que cuando hice el alto y descubrí que podía liberar la maleta, incluso,dejarla completita en el punto donde me encontraba ¡Sí!,porque elegí dejarla completa. Me liberé de tanto y comencé a sentir que recuperaba el paso, mi energía. Pero lo más importante fue que descubrí que al sentirme más ligera, podía iniciar de nuevo, con nuevas oportunidades, con la ilusión de comenzar otra vez a partir de lo que quiero para mi.
El soltar el equipaje, no sólo me libero del peso, sino que cambio mi juicio respecto a la edad porque ahora comprendo que nunca es tarde para soñar, pero sobre todo, nunca es tarde para materializar ésos sueños.
Decido quedarme con los recuerdos, ¡gratos recuerdos! Ésos sí que los cargo todos porque no me pesan, sólo me recuerdan por todo lo que se ha atravesado, porque me muestran lo valiente y fuerte que una mujer es.
Leí por ahí: “Los científicos dicen que los sers humanos estamos hechos de átomos, pero a mí un pajarito me contó que estamos hechos de historias” pero yo prefiero los recuerdos.
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