Denuncia Checo Pérez olor a marihuana cerca del circuito en Las Vegas
MÉXICO, DF., 24 marzo 2015.- Si alguien pensaba que los luchadores no se juegan la vida en los cuadriláteros, que lo piense dos veces.
La muerte de ‘El Perro Aguayo Jr.’, la noche del viernes en Tijuana, ha cambiado la perspectiva que muchos tenían de la lucha libre mexicana, comúnmente vista más como pantomima que como deporte.
Según El Universal, los vuelos vistosos, las acrobacias, las patadas y caídas, tienen en constante peligro a los luchadores, que en su gran mayoría no tienen una recompensa económica que iguale en sentido opuesto ese riesgo.
Son los dueños del show los que se llevan gran parte del dinero que generan las luchas, en una repartición que algunos consideran poco equitativa.
“Depende de la promotora y del luchador, pero las empresas les quitan entre el 50 y el 70% de lo que cobran por ellos”, reveló el informante.
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