Encabeza Ebrard reunión para implementar proyectos de inversión
Entre sevicia y codicia.
Cuatro mil 259 mexicanos pasarán una triste noche buena y una amarga navidad. Son el 58 por ciento de los defraudados por Rafael Olvera Amezcua, director de la “Sociedad Financiera Popular Ficrea”, intervenida a principios de noviembre bajo sospecha de lavado de dinero.
Olvera Amezcua está acusado de un fraude por 2 mil 700 millones de pesos. El vivales se llevó “al baile” con a casi siete mil ahorradores; aprovechó ingenuidad y codicia para robar con sevicia el “guardadito” de todos y cada uno; los convenció de firmar créditos ficticios mediante documentos falsos…
El embaucador cobró sueldos por más de 77 millones de pesos; compró casas, joyas y automóviles; se dio la gran vida hasta que se le cayó el “teatrito”.
De pasadita, el fraude de “Ficrea” deja muy mal paradas a la Secretaría de Hacienda, la Comisión Nacional Bancaría y de Valores y la Condusef. Las autoridad financiera debió congelar a tiempo las operaciones de la sospechosa sociedad, investigar al ratero mala cabeza… y ahora ha de encarar a las furiosas víctimas.
Los ahorradores arrebatados viven un infierno en invierno. En diez días, cuando comiencen a reintegrarse los escasos recursos rescatados, solo el 42 por ciento recibirá la totalidad de lo ahorrado – cuando mucho 131 mil pesos cada uno–. Los inversionistas medianos y quienes depositaron cantidades millonarias apenas recibirán –si bien les va– el 30 por ciento; perderán gran parte del patrimonio de toda su vida… ¡vaya bajada!
El caso de “Ficrea” no es asunto menor. Se trata de una de las sociedades de ahorro popular más grandes del país; prácticamente nadie manejaba tanto dinero como el hampón Rafael Olvera.
A lo largo del año, según datos publicados la semana pasada por el diario El Economista, se han aplicado 40 multas a cajas de ahorro semejantes a “Ficrea” por no reportar operaciones relevantes, es decir, movimientos de dinero superiores a los 10 mil dólares.
Apenas el sábado se dio a conocer el cierre de la caja popular “Acremex” en León, Guanajuato; el monto de ese desfalco fue de 60 millones de pesos en perjuicio de 33 mil ahorradores; nada que ver con el tamaño del gran fraude de “Ficrea”.
Las “cajas populares” no siempre están sujetas a severa vigilancia; por los montos que manejan los clientes suelen ser víctimas de malos manejos por dos razones: la debilidad fiscalizadora del sistema de ahorro nacional, y –repito– la codicia de los ingenuos por ganar dinero fácil, quienes no suelen leer la letra chiquita…
EL MONJE LOCO: Nuevo dato duro para documentar el pesimismo. La siniestra complicidad entre el narco y las policías municipales queda recontraconfirmada. Como en Iguala, uniformados de San Fernando, Tamaulipas, detuvieron el 22 de agosto del 2010 a un grupo de 72 indocumentados; como en Cocula, los detenidos fueron entregados a un grupo criminal para ser masacrados… Documentos desclasificados por la PGR confirman otra perversa sociedad criminal de autoridades municipales… y contando.
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