Cerramos la etapa del institucionalismo neoliberal, considera Monreal
QUERÉTARO, Qro., 24 de junio de 2014.- Titulares de organismos electorales y universidades exigieron reconocer las diferencias, capacidades y posibilidades del desarrollo de la mujer dentro de la esfera pública, para que la paridad de género en ley no sea una fantasía.
La vocal ejecutiva del Instituto Nacional Electoral (INE), Ana Lilia Pérez Mendoza, subrayó que la paridad requiere que tanto al interior de los partidos, como toda la sociedad organizada se promueva la organización de las mujeres.
La vocal ejecutiva del INE agregó que las mujeres pueden ser candidatas, pero también representantes en los consejos distritales y municipales como observadoras o como funcionarias de casilla.
“Que se haga realidad lo que hoy la ley establece depende de la participación de las mujeres, de la participación decidida, comprometida, en la que mostremos conocimiento y capacidad de ejercer el poder público, desde el ámbito legislativo y municipal”, afirmó Pérez Mendoza.
Puntualizó que el hecho de que la paridad de género deje de ser letra muerta en la ley depende de las mujeres, sobre todo porque ahora la ley prevé que no se les coloque en distritos donde no tienen posibilidades de ganar.
Al respecto, la titular de Género UAQ, Patricia Aguilar, consideró que la paridad de género podría ser una fantasía, si se alude a todos los “artilugios” para evitar que las mujeres ocupen los cargos.
“Uno podría decir que el que se garantice la participación como candidatas no garantiza la participación de las mujeres. Sin embargo, cuando se ve este proceso, nos vamos a dar cuenta de que es un logro enorme que se haya garantizado por lo menos las candidaturas”, afirmó la académica.
Subrayó que el presupuesto para la capa mujeres de 2008 a 2011 aumentó de manera significativa de 49 millones 513 mil 242 pesos a 62 millones 387 mil 45 pesos, lo que demuestra un incremento importante.
No obstante, reconoció, ese presupuesto no garantiza que las mujeres participen, pero para eso no se requiere nada más capacitación, sino de un cambio de paradigma, que se plantea con la participación de las mujeres.