Rechaza INM engaño a migrantes
El acta de nacimiento de Gustavo Madero dice claramente: nació niño vivo… vivísimo. El líder nacional del PAN ha mostrado en el último año y medio, una habilidad sin igual para aprovechar el puesto y usar las circunstancias políticas en beneficio suyo y del partido al cual representa.
Operó a placer el proceso interno albiazul; reinventó la democracia panista para vencer a Ernesto Cordero y barrer los despojos del calderonismo; ofreció operación cicatriz, pero excluyó del “hueso” a sus viejos rivales… ni por error entregaría una pizca de poder a quienes intentaron destruirlo.
Hacia afuera ha sido contundente: firmó sin chistar el Pacto por México; criticó a morir la reforma fiscal… y hábilmente se ubicó como fiel de la balanza en la madre de todas las reformas.
Desde un principio, Acción Nacional fue la llave maestra para la apertura energética. Desde entonces Madero tiene lo que el Presidente quiere y ahora se lo vende a precio alzado.
La última jugada del político chihuahuense va por ahí. Al cuarto para la hora, con el periodo extraordinario encima, el calendario del debate pactado, y el Presidente con un pie en el avión para viajar a Europa, Madero sacó la bomba y amenazó con hacerla estallar.
No habrá reforma energética si antes del 30 de junio los congresos de los 17 estados en los cuales habrá procesos no armonizan las leyes electorales con la recién aprobada reforma federal. Se refiere –por ejemplo– a que de acuerdo con el calendario electoral, habrá elección federal el primer domingo de junio del 2015, mientras que las constituciones locales marcan comicios para el primer domingo de julio.
El ultimátum pone al PRI-Gobierno entre la espada y la pared; obliga al equipo de Los Pinos a presionar a gobernadores y diputados locales para pasar ‘fast track’ las nuevas reglas de la democracia.
Gustavo Madero tiene la sartén por el mango… «No pasa nada si la aprobación de las leyes en materia energética se va a julio (…) En la energética es más importante el qué que el cuándo” (sic), asegura.
La negativa panista a discutir las leyes secundarias si no se cumplen sus condiciones parece un vil y vulgar chantaje. Sin duda lo es y el líder albiazul no tiene ningún empacho en reafirmar su clara intención de exprimir al máximo la urgencia de Enrique Peña Nieto por lograr las leyes energéticas.
Por lo pronto, el panista Salvador Vega Casillas, por órdenes de Madero, consiguió recorrer cuatro días el inicio de la discusión, y posponer hasta el 26 de junio la eventual votación del paquete legislativo que incluye la Ley de Hidrocarburos y modificaciones a las leyes de Inversión Extranjera, Minera y de Asociaciones Público-Privadas.
De rebote, el berrinche panista dejó al senador David Penchyna –Presidente de la Comisión de Energía– con el niño atravesado. Muy a su pesar, la votación de las reformas no coincidirá con los juegos de la Selección Nacional en la primera ronda del mundial de Brasil. El duelo de México con el anfitrión del Mundial no servirá de “distractor” del gran atraco nacional pregonado por la izquierda… el debate de “idiotas” –como lo llamó Penchyna– terminó por imponerse.
Más allá de referencias futbolísticas, lo importante es que el señor Madero le tiene tomada la medida al Gobierno Federal. Contundente técnica de judoka: aprovechar la fuerza y las prisas del adversario para someterlo a su antojo… mientras pueda.
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