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QUERÉTARO, Qro., 17 de mayo de 2014.- El presidente de la Comisión de Desarrollo Sustentable del Congreso local, Yairo Marina Alcocer, señaló que en caso de que el lugar de ubicación para la terminal del tren rápido Querétaro-México, que se tiene contemplado por el momento fuera el definitivo, se tendrían que remover alrededor de 60 mil árboles y 110 mil arbustos, datos que ofreció la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales en un foro al que asistió.
«Sin echar campanas al vuelo, vimos datos ahí por ejemplo que el 90 por ciento del terreno es agrícola, a qué me refiero, tiene ya explotación, no es área que está intocada, en ningún sentido toca áreas protegidas».
Aseguró que de acuerdo a los estudios que ha realizado la SEMARNAT, tienen perfectamente detectadas todas las especies de flora y fauna que se encuentran en la zona, así como su impacto y posibles lugares de traslado.
«Hay una tabla de los árboles que hay y los tienen detectados por edad que se tienen detectados y que cerca del 60 por ciento es arbusto, arbusto que no por eso se tenga que derribar sin ningún sentido, pero que tiene una recuperación muy fácil y una reubicación que no tiene ningún problema; se encuentra sólo una especie de serpiente amenazada y se tiene contemplada alguna actividad para trasladarla y para conservarla».
El diputado verde ecologista añadió que en la zona no hay felinos de gran tamaño y que la población vegetal y animal, se tiene detectada con una alta precisión por parte de los estudios que ha ido realizando la SEMARNAT y otras dependencias para conocer los detalles del terreno que se pretende utilizar por el gobierno federal.
«Por lo tanto consideramos que se ha, en el tema de impacto ambiental y como esto lo encabezaba la SEMARNAT, consideramos que se ha hecho un análisis responsable en tema de impacto ambiental(…) consideramos que dentro de que todas las obras tienen un impacto ambiental, y que una obra grande obviamente tiene un impacto importante, se ha visto interés en no hacerlo de una manera devastadora».
Marina Alcocer consideró que los estudios de impacto ambiental deberán continuar durante la misma obra para conocer si se tienen efectos distintos a los que se tengan programados y que en estos estudios sería conveniente la participación de los tres niveles de gobierno.