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NEY YORK, EU., 15 de mayo de 2014.- Citigroup Inc. despidió a otros once empleados en relación con el presunto fraude que involucra a su filial mexicana y a la empresa de servicios petroleros Oceanografía SA de CV, en la que es hasta el momento la mayor respuesta del banco a este caso y, a la vez, una señal de que la investigación interna cobra fuerza.
Según información publicada por The Wall Steet Journal, el tercer mayor banco de Estados Unidos por activos, reveló en febrero que su unidad Banamex había perdido cerca de US$400 millones de los US$585 millones que había prestado a Oceanografía, indicando que la pérdida fue el resultado de un fraude. Michael Corbat, presidente ejecutivo de Citigroup, dijo el mes pasado que el banco había despedido a un empleado sobre el asunto.
El miércoles, en una nota al personal, Corbat dijo que los 11 despidos adicionales incluyen cuatro directores generales, dos de los cuales eran jefes de negocios en México.
Corbat, quien esta semana viajó a México para reunirse con ejecutivos de Citigroup, también dijo que «varios otros empleados, tanto dentro como fuera de México» podrían enfrentar medidas disciplinarias.
Los despidos destacan el creciente alcance de la investigación interna en el banco neoyorquino después de que la revelación del caso en febrero planteó nuevos interrogantes sobre la capacidad de Citigroup de gestionar el riesgo en su extensa red internacional.
La pérdida es también otro golpe para Corbat en un año marcado por ganancias decepcionantes en el cuarto trimestre y por el rechazo de la Reserva Federal al plan del banco para distribuir ganancias entre los accionistas, una decisión que se fundó en parte en que Citigroup carecía de procedimientos adecuados para medir el riesgo en sus operaciones internacionales.
Citigroup sigue revisando los controles en México y «fortaleciendo cualquier área que pensemos que no está a la altura de nuestros estándares globales y las mejores prácticas», escribió Corbat en su nota interna. Corbat dijo que el banco está compartiendo su información con los reguladores y otras autoridades. El Departamento de Justicia y la Comisión de Bolsa y Valores de EE.UU, además de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores de México, están investigando el caso.
El gobierno de México asumió el control de Oceanografía el 28 de febrero y puso bajo arresto domiciliario a Amado Yáñez Osuna, presidente ejecutivo de la compañía. Ni Yáñez Osuna ni otros ejecutivos de Oceanografía han estado disponibles para hacer comentarios desde que la compañía quedó bajo intervención oficial. Yáñez Osuna no ha sido acusado aún.
Corbat escribió el miércoles que los supuestos problemas de fraude están limitados a Oceanografía, una proveedora de Pemex, la empresa petrolera estatal mexicana. Citigroup dijo previamente que había descubierto un «incidente de fraude» con otro proveedor de Pemex, pero se ha negado a nombrar a la empresa.
Los indicios de problemas en Banamex surgieron el 11 de febrero cuando los ejecutivos del banco supieron que Oceanografía llevaba dos años excluida de la posibilidad de obtener contratos de Pemex. La razón: Oceanografía no había presentado las garantías financieras adecuadas en el caso de que no pudiera cumplir con sus obligaciones contractuales, según Pemex.
La medida cortó la principal fuente de ingresos de Oceanografía, y enfrentó a los ejecutivos de Banamex con la preocupación sobre el riesgo que corrían sus préstamos a la contratista, según personas familiarizadas con la historia.
Ejecutivos de Banamex solicitaron entonces una reunión con altos ejecutivos de Pemex y empleados de nivel inferior que se ocupaban de este tipo de cuentas, junto con los auditores de Banamex, para tener una idea de la exposición del banco a Oceanografía, según una persona que asistió a la reunión.
El alto volumen de facturas que Oceanografía tenía por cobrar ante Pemex debía garantizarle a Banamex que Oceanografía contaba con suficiente dinero. Pero cuando ejecutivos del banco visitaron la sede de Pemex en Ciudad de México se enteraron de que muchos de los 217 recibos que habían llevado a la reunión en cajas eran aparentemente inválidos, con firmas falsas, según una persona presente en el encuentro. Los recibos «parecían que se habían hecho en Microsoft Word», dijo esta persona.
Por años, Oceanografía utilizó sus contratos con Pemex para conseguir préstamos, según prospectos presentados para una emisión de bonos y entrevistas con ejecutivos del banco. Pero entrevistas con ejecutivos de algunos de los principales bancos mexicanos, sumadas a las propias revelaciones financieras de Oceanografía, muestran que Banamex había incrementado el otorgamiento de créditos a la empresa en momentos en que otros bancos se los retiraban por temores de que la firma de servicios petroleros dependiera demasiado de Pemex, algo demasiado opaco y riesgoso.
La división mexicana del español Banco Santander tenía una relación comercial con Oceanografía en 2008, según un prospecto de emisión de deuda, pero la terminó en 2009. Marcos Martínez, presidente ejecutivo y director general de Grupo Financiero Santander México, le dijo a The Wall Street Journal que su banco estaba preocupado por el riesgo de crédito.
El tercer mayor banco de México, Grupo Financiero Banorte, también redujo su relación con Oceanografía antes de que apareciera el tema de Banamex. Banorte colocó la empresa en una lista interna de observación en 2005, según una fuente al tanto, lo que significaba que cualquier relación con Oceanografía debía ser escrudiñada al detalle dentro del banco, pero preferiblemente debía evitarse.
Grupo Financiero Interacciones, que se especializa en financiar proyectos de infraestructura y es el décimo mayor banco comercial de México por préstamos, decidió en 2001 dejar de trabajar con Oceanografía, según ejecutivos de la empresa familiarizados con la situación, después de otorgarle préstamos durante un año. Una fuente al tanto de la decisión de cancelar la relación dijo que esta se tomó luego de que el banco detectara inconsistencias en la información que Oceanografía proveía, como lo que el banco determinó como acuerdos falsos con Pemex en supuestos documentos oficiales de la empresa.
En 2005, los auditores del gobierno descubrieron que Oceanografía había entregado lo que calificaron como documentos falsos de Pemex al banco de desarrollo del gobierno Bancomext para obtener un préstamo de US$27 millones. Lo que los alertó fue que los pagos de los préstamos provenían de Oceanografía, cuando el acuerdo de préstamo estipulaba que Pemex debía pagarle directamente a Bancomext, según una fuente al tanto de la auditoría del gobierno.
Al ser confrontado con la disparidad, Oceanografía se apresuró a pagar la deuda y Bancomext dejó de trabajar con ella, según una fuente al tanto de la auditoría. Bancomext no quiso comentar.
Oceanografía también tenía una relación turbulenta con sus proveedores. Desde 1994, empresas con sede en Estados Unidos han presentado al menos 30 demandas en contra de Oceanografía en cortes federales del país. En sus demandas, los proveedores se quejaban de pagos incumplidos y equipos faltantes.
Al respecto, el secretario de Hacienda de México, Luis Videgaray, dijo en una entrevista que parecería que se habría concentrado en la calidad crediticia de Pemex en lugar del riesgo del prestatario real, Oceanografía.
«Estamos advirtiendo a todos los bancos en México para que no cometan este tipo de error», dijo Videgaray.