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En la década de los 70s Juan Manuel Herrero, el defensa Miguel Ángel Barberena, el zurdo Rubén Abarca, Sergio “Tanque” Ceballos, Alberto Ordaz, entre otros, eran algunas promesas del América. La mayoría no surgida precisamente de las entrañas, pero sí del centro asturiano muy cerca de Coapa.
Herrero jugaba en la media cancha. Era elegante, tenía talento y técnica, sin duda. Sólo que en aquel tiempo pensar en ser titular en el América con Reynoso, Hodge, Toninho, Kerr, era casi imposible soñar con una titularidad. Por eso él, como otros, tuvieron que emigrar. Herrero, se fue al Potosino, luego al Veracruz, donde tuvo una carrera tan corta como discreta. Su potencial no explotó, no cuajó. Fue una promesa.
Cambió las canchas por las aulas y ahí se convirtió en actuario y logró un doctorado. Ya egresado, ingresó a los medios como Director de Ventas de lo que era Grupo Estadio (hoy Televisa Network), luego fue asesor de Valentín Diez, para la modernización del Club, y en esas incursiones el éxito no lo acompañó. En la Tele vendió poco o nada, y el Toluca siguió sin modernizarse.
Por su origen americanista, su nombramiento como como Presidente Deportivo de las Chivas, enemigo acérrimo en la teoría, sorprendió a todos. En una de sus centenas de promesas incumplidas Vergara había dicho que ningún jugador o directivo con pasado americanista llegaría al club en su gestión. La promesa quedó rota varias veces antes, así que en el caso de Herrero, eso no extrañó, aunque nadie lo hubiera imaginado en ese puesto.
Los primeros meses en el cargo Herrero, al igual que su etapa como futbolista, mantuvo un perfil bajo, discreto. Así se mantuvo alejado de la presión y la polémica hasta este jueves, cuando realizó muy desafortunadas declaraciones, solicitó que los aficionados de chivas salieran del clóset y apoyaran al equipo en las buenas y en las malas.
Para evitar que se diga que se da otro contexto a sus declaraciones, reproduzco de manera textual las declaraciones de Herrero; “Tigres va en último lugar y llena su estadio, Monterrey no anda bien y llena su estadio, es un asunto en términos electorales: tenemos que volver a nuestra afición un voto duro, ¿qué es eso?, el fan que en las buenas y en las mala está con el equipo, el que no está en las malas no es voto duro, es voto blando”.
Si bien es cierto que la afición de Tigres y Rayados es en verdad impresionante, comprar a Chivas con ellos es un craso error. En primera, los equipos norteños son extraordinarios equipos pero regionales, no nacionales como es el caso de Chivas.
Tigres y Monterrey evidentemente no pasan por su mejor momento futbolístico, pero sus planteles están llenos de figuras, de lo mejor del futbol nacional y extranjero, que permiten pensar que soñar y pelear por un título con estos planteles es posible. En el caso de Chivas, con el actual plantel es una utopía.
Aun siendo equipos regionales, Tigres y Monterrey están muy, pero muy lejos de lo que cobra Chivas por derecho de TV, comercialización tanto en México como en Estados Unidos. El equipo de Vergara cobra más del 1000% (MIL%) de lo que Televisa le paga a los norteños, pero cada torneo invierten para apostar por el título, sin quejarse, ni llorar.
Vamos a ser claros. Aquí no cabe el eterno mito y lloriqueo de que “a Chivas le venden más caro o no le venden”. Que le venden más caro que a otros a los jugadores mexicanos puede ser cierto, dependiendo del cristal con que se observe el hecho.
Para muchos es injusto y desleal que el resto de los equipos le vendan “más caro” a sus jugadores. Para todos ellos, incluido Vergara, Herrero y directivos Chivas les tengo una pregunta; ¿es justo entonces que a Chivas le paguen un mil por ciento más que a todos los equipos los derechos de Televisión, la publicidad que al resto? Por supuesto que no.
¿No acaso Forbes ubicó a Chivas como segundo del continente sólo detrás del Corinthians con un precio de 328 mdd y muy lejos de su acérrimo rival el América?
¿No acaso la agencia Euroamericas Sport Marketing situó a Chivas como el club de futbol con mayores ingresos en 2013 en todo el continente americano, gracias a los 625 millones de dólares que generó, cuando el América se encuentra lejos, en el cuarto puesto con 456 millones de dólares en esa misma lista?
Sólo que la diferencia futbolística es enorme entre ambos. América acumula dos semifinales, enseguida dos finales y un título en los últimos 2 años. Chivas, que no se olvide, está tratando de escapar del descenso para la próxima campaña y su máxima aspiración real, hoy, es calificar a la Liguilla. América, aún en mal momento, tiene plantel para pelear el título; Chivas sólo para calificar.
Por eso no se vale “pobretear” a las Chivas. Precisamente por su grandeza, por su riqueza financiera no se puede justificar tener aspiraciones de equipo mediocre o de media tabla. Chivas, todos los años, todos los torneos tiene la obligación de tener un plantel que lo haga candidato al título, no a la calificación.
Por eso el aficionado se ha alejado. Ya ni siquiera son sus colores, ya son grises como la jerga. Su estadio es bonito, moderno pero sin corazón. Chivas es un equipo rico, muy rico, con ingresos enormes y muy pocas inversiones y mucho lloriqueo.
Irle a Chivas, asistir a su estadio no es tan simple, ramplón y ofensivo como “los aficionados de Chivas, son aficionados de clóset. Ojalá salgan del clóset”, como sentenció Herrero. Viajar al Omnilife, no es gratis y sí caro y complicado. Los boletos los tienen que comprar, no se los regalan; y hay que pagar los de la novia o la familia. El futbol ha cambiado, el mundo ha cambiado. Irle a un equipo ya no es un dogma de fe, menos una penitencia.
Sr. Herrero, no se confunda, no justifique, no insulte la inteligencia de los aficionados y menos compare a Chivas. ¿De verdad quiere que la afición de Chivas regrese al estadio? Le hago una sugerencia; arme un equipo competitivo, de verdaderas figuras, no lleno de sub-40. Cierto que no es garantía de éxito, pero por lo menos provocaría más ilusiones y posibilidades. Chivas debe tener a los mejores de México, pelear por el título cada torneo, en la teoría y en la práctica. Vuelva a sus orígenes, dejen la prepotencia y la soberbia. Son ricos, llorando por los pobres. Un equipo grande con comportamiento y lloriqueos de equipo chico. Señor Herrero la gente ya no es imbécil.
Y si su “patrón” no quiere gastar, dígale que su verborrea sólo genera noticia, morbo, pero que su credibilidad es nula, provoca burlas, risa. Sr. Herrero, antes de pedirle a la afición que salga del “clóset”, haga una verdadera autocrítica de los hechos y la historia de Chivas. Porque en lo que a mí respecta, creo los que deberían salir del clóset americanista y atlista es usted, y don “Pinocho” Vergara.
¿Y usted qué piensa?
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