Itinerario Político
QUERÉTARO, Qro., 17 de febrero de 2014.- A partir de 1950 comenzó a darse en Querétaro, un notorio contraste entre lo rural y lo urbano; quedándose los campos queretanos rezagados y con poco o nulo desarrollo, señaló el Dr. Alfonso Serna Jiménez, docente investigador de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ).
Estas afirmaciones, fueron resultado del trabajo “Las relaciones campo-ciudad durante el proceso industrialista de 1950 en el municipio de Querétaro”, que tuvo como objetivo conocer cuáles eran las situaciones que se daban en el contexto rural cercano a la ciudad de Querétaro, en función de las transformaciones que tenía por la aparición de industrias –sobre todo manufacturera- y analizar las articulaciones que habían entre estos dos contextos.
“A pesar de que en la ciudad había problemas, el contraste se hizo más notorio, el campo se quedó atrasado en ámbito de no desarrollo, con poca inversión, el campo fue olvidado. No hay demasiado crecimiento industrial en la ciudad, pero sí se va perfilando la ubicación de nuevos capitales enfocados en servicios y comercio, la llegada paulatina de empresas de capital nacional o extranjero que empiezan a contratar gente, y se le da la pauta del perfil industrial que tiene Querétaro en la actualidad”.
Como resultado de dicha indagación, Serna Jiménez destacó que en los años 50 la ciudad de Querétaro empezó a transformarse debido a la presencia de actividades que se relacionaban con el fenómeno industrialista y se convirtió en un centro más urbano con potencialidad de crecimiento en términos territoriales, turísticos, apertura de nuevos comercios y servicios especializados.
En contraparte, dijo, el campo continuó pauperizado, desatendido y volcado predominantemente al auto abasto; con producción mínima y pocas tierras de riego, con escasas propiedades con tecnología avanzada. Comentó que en aquella época era estratégica que la producción de maíz quedara en los estados en donde se sembraba; sin embargo, a pesar de esto, la cosecha de maíz era sumamente escasa.
“Aunque había calidad de vida en el centro, en las periferias había gente con mucha pobreza y en la prensa se refleja esto, pues hallamos gente que pedía apoyos”.
El catedrático afirmó que otro de los motivos que detonó dicho contraste fue la generación de la Universidad, lo que dio pie al crecimiento de la clase media, ya que la posibilidad de estudiar una carrera profesional era un facilitador para la movilidad en la ciudad.