Indicador Político
QUERÉTARO, Qro., 7 octubre 2013.- Fundación UNAM, Capítulo Querétaro, en voz de su presidente, el Enrique Burgos García, dio a conocer el próximo concierto organizado por ésta y que ofrecerá la Orquesta Filarmónica del Estado de Querétaro (OFEQ) en beneficio de la Unidad de Investigación en Neurodesarrollo, Augusto Fernández Guardiola del Instituto de Neurobiología de la UNAM, Campus Juriquilla; la cual realiza con éxito el diagnóstico y la neurohabilitación temprana en recién nacidos expuestos a factores de riesgo de daño cerebral en las etapas prenatal y perinatal.
El concierto, correspondiente al séptimo de la temporada de la OFEQ, será efectuado el próximo viernes 8 de noviembre a las 20:30 horas, en el Teatro Alameda y presentará un programa compuesto por piezas de Beethoven, Sarasate, Tartini, Von Weber, Saint Saens y Wieniawsky; además de contar con las interpretaciones como solistas de los violinistas Natasha Korsakova y Manrico Padovani.
Natasha Korsakova, de ascendencia ruso-griega, es una de los violinistas más populares de su generación al contar con un repertorio de 60 conciertos para violín y orquesta, así como una gran cantidad de música de cámara. Fue la primer músico en recibir el premio Russian Muse en el Big Hall Conservatory en 1996 y llegó a ser La artista del año en Chile en 1998.
Manrico Padovani, por su parte, es aclamado como uno de los violinistas más populares, versátil y virtuoso de los últimos años, tal como lo reflejan sus críticos que lo han descrito como “encantador”, “violín hechizante”, “estrella en ascenso”, “mago del violín” y “violinista del diablo”. Entre sus logros destaca el haber sido el primer violista suizo en presentar en concierto el ciclo de los 24 caprichos Op. 1 para violín solo de Niccolo Paganini.
Los fondos recaudados por el concierto serán destinados a la atención de lactantes que, mediante un enfoque multidisciplinario, personal altamente capacitado y tecnología avanzada, son evaluados en su desarrollo motriz, sensorial, cognoscitivo y social en un protocolo que contempla el seguimiento de los casos hasta los ocho años de edad