
Itinerario Político
En Morena no se le puede
dar la espalda al monarca
Aunque se trató de un incidente que no llevaba una mala intención política, el
descuido de los jefes de grupos políticos de Morena el domingo al concentrarse en una
foto con Andrés Manuel López Beltrán Andy y descuidar la llegada a sus espaldas de la
presidenta Sheinbaum Pardo, de todos modos su desenlace mostró indicios que debieran
preocupar al grupo gobernante porque estarían reflejando la falta de unidad en el bloque
real de poder.
El asunto fue tan menor que en muchas redacciones se tomó más como anécdota
de color que como mensaje de largo plazo, pero los propios involucrados en el incidente
reaccionaron de tal manera que solo reflejaron que hubo un profundo enojo en Palacio
Nacional: el senador Adán Augusto López Hernández, el diputado Ricardo Monreal Avila,
el aliado líder ecologista Manuel Velasco y la líder morenista Luisa Maria Alcalde
publicaron tuis en redes sociales redactadas en modo de pánico como si hubieran sido
víctimas de algún regaño monumental.
Andy López Beltrán, a pesar de su juventud, apareció con mayor malicia y madurez
política: publicó un tuit para bañar de elogios a la presidenta Sheinbaum, pero sin
ofrecerle disculpas directas por el incidente, aunque en los hechos el texto fue
interpretado como una disculpa indirecta por haber “distraído” a la cúpula morenista que
había ido al mitin del domingo más a reposicionarse ellos políticamente que a construir un
bloque político ate el acoso de EU.
De todos modos, el incidente del domingo mostró la falta de una sólida cohesión
en el liderazgo político del poder y mostró una imagen de balcanización de grupos o de
dispersión un archipiélago de figuras que representan grupos aislados y que al final no
han podido consolidar un verdadero bloque gobernante.
El incidente tiene un antecedente que no se puede olvidar: las señales inocultables
de que el poder presidencial heredado por López Obrador está fragmentado y la
presidenta de la República carece del control de los principales hilos del poder porque las
instancias de decisiones siguen en manos de políticos más leales al presidente emérito
Andrés Manuel López obrador que a su sucesora que tuvo relaciones del mismo nivel
jerárquico que lo actuales jefes morenitas.
Con el tiempo encima, Morena está exhibiendo falta de articulación sistémica en
un tiempo político que se le vino encima con hechos que limitarán su capacidad de poder:
la necesidad descentralizar la fuerza en la titular del Poder Ejecutivo federal, la fragilidad
del Poder Judicial con una reforma que tendrá muchos costos políticos y de seguridad,
Morena controlada por dos figuras directamente dependientes de López Obrador — su
hijo Andy y la dirigente Luisa María Alcalde–, el Senado bajo la férrea conducción de Adán
Augusto López Hernández como el hermano de López Obrador y los diputados
pastoreados por Monreal Ávila que nunca se ha sentido parte del bloque morenista.
Antes del mitin del domingo, el poder político de la presidenta Sheinbaum había
sido puesto a prueba con un asunto que al final tendrá solución institucional en función de
los intereses de la jefa del Ejecutivo federal, pero en el camino de gestión dejó indicios de
que existen grupos de poder que no se han sometido a la autoridad vertical de la
institución presidencial: Sheinbaum promovió la ley antinepotismo a partir de 2027, pero
el Senado y la Cámara morenistas decidieron posponerla hasta el 2030, y en los primeros
escarceos el senador lopezobradorista Félix Salgado Macedonio desdeñó con desprecio
machista la ley y dijo que se iba a presentar como candidato a gobernador en 2027, sin
tomar en cuenta las objeciones de Palacio Nacional.
Al final, luego de lo que se supone algún regaño muy evidente, el senador
guerrerense refunfuñó la aceptación de la nueva regla del juego antinepotista, aún si de
manera legal no se varía su inicio en 2030, pero ya con el mensaje muy claro de que la
presidenta se va oponer políticamente y aún sin tener el control directo de su partido para
que se respete la ley antinepotista desde 2027.
En este escenario se debe de analizar el incidente del domingo en el mitin en el
Zócalo cuando la élite dirigente morenista no se percató que a sus espaldas iba caminando
la presidenta Sheinbaum y tardaron en reaccionar para mostrar su pleitesía. En un
régimen democrático hubiera sido un incidente sin importancia, pero el aparato de poder
de Morena funciona igual que en el PRI y los dos como monarquías cerradas: al rey
presidente o la reina presidenta no se le puede dar la espalda.
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Política para dummies: la política, quiere hacer o no, funciona como una corte
monárquica.
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